El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, trató de presionar a Enrique peña Nieto para que dejara de decir en público que México no pagaría por su promesa de construir un muro en la frontera, a riesgo de romper las relaciones entre ambos países. Terminó confesando no sólo que se encontrará una “fórmula” para pagarlo, sino que es un tema menor y que sólo insiste en él por temas políticos.

The Washington Post publicó la transcripción de la llamada telefónica entre los dos presidentes del 27 de enero, uno de los primeros contactos.

Dos días antes, con el canciller Luis Videgaray en Washington para preparar la que debía haber sido la primera visita de Estado, Trump cumplía con su promesa y firmaba el decreto que imponía la construcción del muro.

Videgaray fue a la Casa Blanca. Vino el anuncio que dejó fuera cualquier referencia al pago. La resolución dejó satisfecha a la delegación mexicana, aunque duró menos de 24 horas: Trump, a través de Twitter, insistía en que México pagaría el costo del muro.

La visita del presidente Peña Nieto a la Casa Blanca, prevista para el 31 de enero, fue cancelada como protesta. Un día más tarde, los presidentes hablaban por teléfono.

“No puedes decir a la prensa [que México no pagará por el muro], no puedo vivir con ello”, pidió Trump a Peña Nieto, de acuerdo con la transcripción difundida ayer por The Washington Post .

Al frente se encontró la negativa del presidente Peña Nieto. “Mi posición ha sido y continuará siendo muy firme diciendo que México no pagará el muro”, sentenció. “Vemos completamente inaceptable para los mexicanos pagar por el muro (…) Entiendo el pequeño margen político que tiene ahora en términos de todo lo que dijo durante su campaña. Pero quiero hacerle entender la falta de margen que tengo como presidente de México para aceptar esta situación”, añadió Peña Nieto remarcando que “desafortunadamente” el muro se había convertido en el principal obstáculo “crucial” en la relación bilateral.

“No puedes decir nunca más que Estados Unidos va a pagar por el muro”, amenazó Trump, dejando claro que si México insistía en eso las relaciones bilaterales estaban rotas y no habría ningún tipo de diálogo. El presidente de EU reconocía así que todo era una cuestión de imagen, de rédito político, de opinión pública. “Lo creas o no, es la cosa menos importante de la que tenemos que hablar, pero políticamente es quizá la más importante de la que tenemos que hablar”, confesó el magnate.

“Quisiera recomendar que —si vamos a tener un diálogo continuo— resolvamos lo del muro. Nos van a preguntar: ‘¿Quién va a pagar por el muro?’, y deberíamos decir ‘lo resolveremos’”, propuso Trump.

El presidente Peña Nieto, por su parte, fue más tajante: “dejemos de hablar del tema”, sugirió, para esquivar el principal obstáculo de la relación.

“Entiendo lo que significa para usted en EU. Para México también es importante porque va más allá de la situación económica: es un tema relacionado con la dignidad de México, va con el orgullo nacional de mi país. Dejemos por ahora de hablar del muro”, sentenció.

Acordaron dejar por escrito que no se iba a hablar de quién pagaría la factura del muro, algo que quedó establecido en los comunicados posteriores.

Trump amenazó con la imposición de aranceles en la frontera para los productos de México, de entre 10% y 35%, y se confirmó el ofrecimiento del republicano de enviar tropas a México para combatir el narcotráfico, aunque menos explícito de lo que se creía.

El magnate elogió en varias ocasiones a Peña Nieto. “Quisiera que fueras tan popular que tu pueblo pidiera una enmienda constitucional para que pueda concurrir a las elecciones para otro sexenio”, le dijo. “Es usted muy amable”, respondió Peña.

Descartó que negociar con Canadá el TLCAN sea el problema, y dejó la relación bilateral en Luis Videgaray y Jared Kushner, su yerno.

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