Los comicios en Coahuila transcurrieron entre acusaciones de compra de votos, acarreos, supuestas detenciones ilegales y retraso en la apertura de casillas.

Al ir a votar Humberto Moreira, el ex gobernador de Coahuila y ex líder nacional del PRI, dijo que si el partido tricolor no gana los estados que obtuvo cuando él encabezaba ese instituto, le reclamaría a Enrique Ochoa, actual dirigente. Incluso lo retó a que si no entrega buenos resultados renuncie.

Sobre irregularidades en la jornada electoral, la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales recibió 547 incidencias, desde denuncias hasta orientaciones del voto.

Desde temprano, candidatos criticaron al Instituto Electoral de Coahuila por los retrasos en la apertura de casillas. Hasta las 11:30 de la mañana, el número de casillas habilitadas era de 86%. Fue hasta casi las dos de la tarde que se pudo declarar que el 100% de las casillas estaban instaladas en la entidad.

El candidato del PRI, Miguel Riquelme, denunció que su línea telefónica había sido presuntamente intervenida, lo cual consideró como un hackeo del PAN, en contubernio con la compañía telefónica, pues dijo que líneas de otros priístas también dejaron de funcionar.

En redes sociales, la gente denunció mensajes intimidatorios con la leyenda “se le notifica que usted se encuentra bajo monitoreo por la probable comisión de delitos electorales, lo cual es sancionado por la ley”.

En Torreón, el director de Seguridad Pública, Adelaido Flores, reportó tres personas detenidas con dinero efectivo “presuntamente para la compra de votos” y otro caso por tener en su poder una lista nominal. En Saltillo, la policía local detuvo a una persona del Partido Joven que presuntamente traía 50 mil pesos para compra de voto.

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