Las bandas criminales que se dedican al robo de combustibles se están quedando con 1.5% de la producción nacional, asegura el secretario de Hacienda y Crédito Público, José Antonio Meade, quien considera que el Estado mexicano está todavía a tiempo de acabar con estas mafias.

El funcionario asegura que el gobierno mexicano está tomando como modelo de combate a este crimen algunas de las estrategias que utilizó Colombia para acabar con este ilícito, que en su punto más álgido, hace una década, costaba a esa nación 4% de la producción nacional de hidrocarburos; sin embargo, actualmente esta situación ya no es un problema para dicha nación.

Meade Kuribreña afirma que si se mantiene una estrategia integral de combate contra el robo de combustibles, al final de esta administración se puede lograr un avance importante.

Colombia, dice el secretario, tardó entre dos y tres años reducir significativamente el robo y un par de años más en llevarlo a prácticamente cero y México lo podría hacer en menos tiempo.

“Para que esta estrategia funcione, tiene que tener mucha integralidad, esto es, en el robo de combustibles el papel central lo tiene que jugar Pemex, que en este caso es víctima, pero que también tiene los mejores elementos de información y de control.

“El robo de combustibles implica evasión del Impuesto Especial Sobre Producción y Servicios (IEPS), evasión en muchos casos del Impuesto Sobre la Renta (ISR), e implica también en algunos casos lavado de dinero, por lo que la Secretaría de Hacienda tiene que estar presente.

“También la procuraduría, porque necesitamos que esa información se traduzca al final en un caso que podamos nosotros presentar y judicializar.

“Nos acompañan las Fuerzas Armadas, que han estado permanentemente presentes en el combate al robo de combustibles. Tiene que jugar la Policía Federal en diferentes vertientes, en particular en la que tiene que ver con el patrullaje en las carreteras. Y tienen que jugar un papel muy importante los estados, estamos hoy muy coordinados con el estado de Puebla, que es donde el fenómeno se ha agudizado, pero ya con principios de coordinación con Guanajuato, con Tamaulipas y con Veracruz. En su conjunto, estos cuatro estados, explican casi la mitad del fenómeno.

“Nuestra convicción es que hay una expresión social del robo de combustible, pero que la mayor parte del fenómeno tiene que ver con delincuencia organizada, y que el robo de combustible hoy constituye, para la delincuencia organizada, un elemento muy importante de sus ingresos.

“Por la combinación de todos esos temas, el Presidente [Enrique Peña Nieto] nos pide que tengamos una estrategia integral haciendo a veces frente al trabajo de contener lo que se hace desde las fuerzas de seguridad, hasta la labor de inteligencia”.

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