La pasión de Cristo no es un expediente clausurado, él sigue padeciendo y sufriendo. Su dolor se ve reflejado en hermanos que sufren hambre, dolor, de aquellos que están en la cárcel; sigue padeciendo ante la situación que se vive en Siria, expresó el cardenal Norberto Rivera Carrera, arzobispo primado de México al encabezar la homilía dedicada al Domingo de Ramos, fecha con la que inicia Semana Santa.

Durante su discurso el prelado mexicano exhortó a los fieles a no sólo ser espectadores de la semana mayor, sino a aceptar a Jesús en sus vidas. “Qué estás palmas sean un símbolo de aceptación a él, para que nos acompañe en nuestro camino”.

Señaló que todos los seres humanos en algún momento vive con el dolor, sufrimiento y desesperación, por ello “necesitamos a alguien q nos lleve de la mano para enfrentarnos a esa situación de dolor y sufrimiento. Cristo quiere que lo recibamos a él en vida. Solo Jesús nos puede defender a enfrentar el dolor, la muerte, por eso es tan importante que nos detengamos ante el evangelio”.

En las oraciones, el cardenal elevó una súplica por las naciones que viven en conflicto “para que al mirar a Cristo en su cruz descubran el perdón que significa la paz”.

Oró también por las familias que no encuentran la paz debido a situaciones de desamor “para que al ver el amor de Cristo sepan que éste supone renuncia y entrega”.

Previo a la misa celebrada en la catedral, Norberto Rivera Carrera realizó una procesión de Ramos, para conmemorar la llegada de Cristo a Jerusalén y cuando el pueblo lo recibió como su salvador entre cantos.

En la explanada de la Catedral cientos de feligreses se dieron cita para agitar sus palmas y esperar la bendición del prelado.

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