Como “escándalos intolerables", calificó la Arquidiócesis primada de México a los “despilfarros electorales y gastos ostentosos que se realizan en la disputa por el poder", con respecto a las próximas elecciones que se llevarán a cabo en Coahuila, Estado de México y Nayarit, además de las presidencias municipales en Veracruz.

En el editorial del semanario religioso Desde la Fe, se detalló que el costo de los comicios ascenderá a 4 mil millones de pesos y las prerrogativas a los partidos políticos contendientes serán de mil 300 millones de pesos, lo que significa un aumento de 52% en comparación con las elecciones de 2011.

En el texto se cuestiona si el dinero del “gasolinazo" se usará en las elecciones al tiempo que se afirma que en México la democracia sale “cada vez más cara, a costa de dinero público tirado literalmente a la basura, que conlleva recortes presupuestarios a programas sociales y de salud, tan necesarios para millones de mexicanos pobres, de quienes los políticos sin escrúpulos hacen su clientela”.

La arquidiócesis encabezada por el cardenal Norberto Rivera destacó el caso del Estado de México, al mencionar que es la segunda entidad con el voto más caro, el cual tendrá un costo de 209 pesos por cada una de las más de 11 millones de personas inscritas en el padrón electoral.

“En esta entidad, la ciudadanía es castigada por distintos frentes y tiene que sobrevivir al fuego cruzado: guerra sucia, descalificaciones y manipulación de la verdad entre los candidatos, quienes, con tal de alcanzar la gubernatura, se acusan entre ellos de corrupción y de beneficios desmedidos, lo que, a juicio de los especialistas, podría ser una de las radiografías electorales en la carrera por la presidencia de la República en 2018”.

Bajo el título “Elecciones de escándalo” autoridades eclesiásticas argumentan que lo grave y escandaloso es cómo el pueblo mexiquense “tiene que soportar la manipulación, clientelismo y compra cínica y desvergonzada de votos; entrega de despensas y teléfonos celulares, así como la distribución de tarjetas y monederos electrónicos, se unen al uso electorero de programas de desarrollo social, condicionando los beneficios a cambio de copias credenciales de elector, lo que por cierto es un delito".

Agrega que la mitad de la población en el Estado de México,vive en condiciones de pobreza, están asolados por el crimen e impunidad y que incluso existen comunidadades que viven en virtual toque de queda, añade que durante 2016, en esta entidad ocurrieron tres mil homicidios y es primer lugar nacional en el índice de femonicidios.

“Los mexicanos volvemos a ser testigos de elecciones caras que nos cuestionan s de verdad valió la pena una reforma estructural político - electoral, cuando los hilos de este procesos de mueven por quiénes controlan millonarios recursos que avientan como migajas”.

Señala que “usar electoralmente el hambre, además de ser inmoral, es una de las peores faltas sociales que implican la destrucción de la democracia, poniéndola en manos de camarillas y dinastías asidas a un poder que se niegan a dejar".

Al final, el artículo asegura que si se usa la pobreza de los mexiquenses para obtener votos, puede derivar en enojo popular “así como poner en riesgo la paz social y eventualmente la legitimidad de los resultados de los próximos comicios.

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