Con la gran capacidad de oratoria que lo caracterizó desde estudiante, el 4 de febrero del 1999, Tomás Yarrington Ruvalcaba tenía atrapado al público que asistió a su toma de protesta como gobernador de Tamaulipas.

“No permitiremos complicidades de nuestros cuerpos policiacos con el crimen organizado”, prometió.

“¡Trabajemos todos para abatir el delito en Tamaulipas, trabajemos todos para que en Tamaulipas no haya delito sin castigo!”, hizo énfasis en su discurso.

Era su momento de gloria, estaba en la cumbre y los asistentes al evento lo ovacionaron en varias ocasiones.

Después de 18 años y dos meses fue detenido en Florencia, Italia, acusado por delincuencia organizada y operaciones con recursos de procedencia ilícita, lo que prometió combatir en su primer discurso como gobernador.

El gobernador actual —de militancia panista—, Francisco García Cabeza de Vaca, en su primer evento del lunes se refirió a los ex gobernadores priístas: “Cómo entender el grado de violencia, de impunidad, de corrupción, de malos manejos, y de esa violencia desmedida que vivimos durante tantos años, si no fue con la complicidad precisamente de estos, [los gobernadores priístas] que le hicieron gran daño a Tamaulipas”.

El 7 de Marzo de 1957, Tomás de Jesús Yarrington Ruvalcaba nació en Matamoros, Tamaulipas. Hijo de Tomás Yarrington Santos y Carmen Ruvalcaba.

Durante su gobierno (1999 a 2004) cobró vida el fenómeno de los secuestros en la zona de la frontera. Organismos no gubernamentales, como el Centro Fronterizo y de Promoción de Derechos Humanos A. C. (Cefprodhac), aportó estadísticas en 2003, de unas 240 personas desaparecidas, se incluían secuestros y levantones.

Al final de su administración, Yarrington Ruvalcaba informó que en seis años se incrementó en 173% los recursos destinados a la Seguridad Pública y a la administración de justicia.

Según las investigaciones, durante su administración habría permitido el crecimiento del Cártel del Golfo y de Los Zetas. Años después, estas organizaciones delincuenciales se saldrían de control hasta desencadenar una guerra sangrienta, no sólo en Tamaulipas, sino en más estados del país.

Las declaraciones incluirían los nexos del ex gobernador con estos grupos criminales y prestanombres para poder ocultar sus ingresos millonarios. Se conocieron historias de cómo pasó de ser gobernador a empresario hotelero, radiofónico y propietario de haciendas e inmuebles en el extranjero.

En opinión del periodista Antonio Arratia, Yarrington fue un gobernador de los más sólidos que ha tenido Tamaulipas, “pero cuya capacidad también usó para aplastar a los que consideraba sus enemigos. Se enfermó de poder”.

El empresario tamaulipeco Jorge Pensado opinó sobre el tema: “Se tardaron en la detención de Yarrington. Y la lista de quienes deben acompañarlo es larga”, sentenció.

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