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Domingo de Ramos. Layda Sansores llegó sonriente la Plaza de la República que se ha pintado de un rojo quemado, casi vino tinto, con miles de fieles seguidores de Morena. “Las rupturas son bautismos, este es un paso muy importante donde se juega el destino del país”, aseguró la legisladora previo a subir al estrado principal que da frente al Monumento a la Revolución con el atardecer frente al rostro.

Se trata de un acto político, pero los eventos de Andrés Manuel López Obrador son más bien una asamblea espiritual y este no es la excepción. Ex perredistas serán “bautizados” y se les abrirán las puertas de Morena para apoyar al político tabasqueño en su candidatura rumbo a 2018.

De buen humor, el senador Manuel Bartlett fue el primero en subir al templete. Abajo, el delegado en Cuauhtémoc, Ricardo Monreal, revisa los últimos detalles del evento. Martí Batres, con chaleco color vino, presume a sus cercanos “pintamos la plaza de rojo”.

Yeidckol Polevnsky, la secretaria General del CEN de Morena, funge de maestra de ceremonias y llama uno a uno a los nuevos “morenistas” para que pasen a firmar el acuerdo y, con ello, completar su bautismo.

Así con su firma nace el compromiso. Pablo Gómez, fundador del PRD, pasa y suscribe el acuerdo sin titubeos. Zoé Robledo sale en medio de los invitados especiales para hacer lo propio. La Güera, la senadora Luz María Beristain, tras suscribir el documento, se funde en un abrazo con López Obrador. Polevnsky pidió que la maestra Ifigenia Martínez firmara el acuerdo, no está presente, por lo que tiene que rectificar y pide a un ex liderazgo del PAN en la ciudad, Fadlala Akagani, que lo suscriba, y que salude al líder: López Obrador.

Una leve ovación tuvo el ex secretario de Turismo de Miguel Ángel Mancera, Miguel Torruco. El tabasqueño se dio cuenta y fue hasta el lugar de actual asesor para sacarlo de la multitud y darle un abrazo.

Quien pasó casi desapercibido fue el vocalista del grupo de rock Zoé, León Larregui, quien también suscribió el acuerdo. El interprete de Nada apenas alcanzó unos aplausos.

Al senador Miguel Barbosa se le vio al principio con el rostro serio. Al llegar su turno fue recibido con aplausos. Luego se le vio sonriente. Le fue mejor que a los ex militantes del PRI, PAN y PVEM que, al mencionarlos, sus nombres eran coreados con silbidos y gritos de “traidores”.

Un López Obrador sonriente aplaudió a todos ellos pero, sobre todo, destacó que ahora en el Senado Morena tendrá 17 o hasta 18 legisladores, por lo que les pidió siempre poner por delante la honestidad como forma de vida y de gobierno.

“El acuerdo es hacer de México una República, no solamente libre, democrática, justa, soberana, sino una República honesta, eso es lo que vamos a lograr todos los mexicanos”.

Ante la gritería de “¡Obrador! ¡Obrador! ¡Obrador!”, el ex candidato presidencial pidió no perder la fe en su movimiento. “No perdamos las esperanzas, no es en vano esta lucha”.

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