Señor Director:

Por este conducto, le solicito ejercer mi derecho de réplica ante la colaboración del Héctor Serrano en su espacio editorial de este día. Al mismo tiempo, lo felicito por la apertura a todos los puntos de vista y opiniones que prevalecen en nuestra vida pública.

De pena ajena y de pena propia:

En la acepción que nos ocupa, “pena” es un “padecimiento interno o una dolencia emocional”. Cuando se dice “De pena ajena”, supone dos cosas: la primera, que quien lo dice tiene la capacidad de tener un padecimiento interno o una dolencia emocional y, segunda, que goza de cierto prestigio para poder expresarlo.

En el caso de la opinión que se publicó en su diario, dudo mucho que su autor tenga la capacidad de apenarse y estoy seguro que carece de la dimensión ética y política para ofrecer disculpas por el comportamiento de otros.

Que Héctor Serrano se preocupe por su pena propia y que deje de ofrecer disculpas a nombre de otros. Las afirmaciones de Serrano son una muestra de cinismo. Serrano es el que tiene que ofrecer disculpas a la militancia perredista y los habitantes de la Ciudad por su deplorable actuación como Secretario de Gobierno y Secretario de Movilidad. Su comportamiento y conducción han sido una rémora para el gobierno de esta Ciudad, lejos de fortalecer al gobierno de Miguel Ángel Mancera, se ha dedicado a promover sus intereses y a conseguir apoyo y espacios de privilegios para su corriente.

Mi postura de pronunciarme personalmente a favor de Andrés Manuel López Obrador y de impulsar en el seno del PRD una decisión al respecto, la hice pública. Fue una propuesta directa y honesta a los votantes, militantes y dirigentes perredistas. Que les pregunten a ellos, que ellos expresen su opinión, que antes de hacer juicios sumarios y depuraciones sean los militantes y los votantes del PRD los que decidan su futuro y no los controladores del partido.

Miguel Barbosa, senador del PRD

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