juan.arvizu@eluniversal.com.mx

Cantan el Himno Nacional en el salón de sesiones del Senado, que es como la cavidad de un jarrito. Y bajo el lema: “La patria es primero”, una mujer vive la plenitud de la felicidad. Es Gloria Ramírez Hernández, satisfecha de que su trayectoria como académica feminista ha dado un gran impulso a la sociedad a favor de la igualdad de la mujer.

Su alegría brilla en su semblante. Ha vivido momentos en sesión solemne del Senado en su honor, en los que se reconoce el esfuerzo de generaciones por el bienestar de la mujer, un empeño al cual ella ha consagrado su vida.

Minutos antes, la senadora Diva Gastélum Bajo (PRI) de cuya iniciativa surgió instituir el reconocimiento Elvia Carrillo Puerto, en homenaje a las mujeres que han aportado a la igualdad de género, ha equiparado la figura histórica de la “Monja Roja” con la trayectoria de la doctora en Ciencias Sociales, que coordina la Cátedra UNESCO de Derechos Humanos de la Facultad de Ciencias Política y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Elvia Carrillo Puerto simboliza, aquí en el Senado, a la mujer que se entrega a la defensa de las mujeres. Feminista y socialista. Sin sentido figurado, luchadora por la emancipación de campesinas, por la liberación de esclavos mayas. Y de ello da cuenta la senadora Ana Gabriela Guevara (PT), en una semblanza de la revolucionaria sin par.

Diva Gastélum Bajo, quien para efectos de aplicar cambios, es la fuerza de un terremoto, cimbra el salón de sesiones, al proponer en su intervención que el reconocimiento Elvia Carrillo Puerto, tenga una dimensión igual que la medalla Belisario Domínguez.

Esta idea deja sin habla a los coordinadores parlamentarios, a la vicepresidenta del Senado, Blanca Alcalá Ruiz (PRI), a cargo de la sesión solemne en curso, y que al final dirá que se va a estudiar la propuesta de la legisladora sinaloense.

Con el calor de la pasión, la galardonada cierra su intervención con un soneto de Griselda Álvarez, primera gobernadora de las siete que ha tenido México, y que concluye así: “Te dan sencillo, más te exigen doble (…)/gigante siempre, aunque el dolor embista/Por fuera suave, muy adentro roble/pero te hacen a golpes feminista”.

Presencia de Osorio Chong. Al final de la sesión, el secretario de Gobernación (Segob), Miguel Ángel Osorio Chong, que ha estado a la derecha de la galardonada Gloria Ramírez Hernández, la felicita, y ambos quedan en el torbellino de quienes desean hablar con ella, y aprovechar la asistencia del hidalguense para asuntos de sus agendas propias.

Los ánimos han sido de entusiasmo, desde el principio, cuando a la primera referencia a la Universidad Nacional, brotó desde varios puntos del salón un Goya, que se generalizó y al estilo unamita, fue coreado con el puño derecho que martilla el aire. “¡Goooya! ¡Universidad!”

Legisladoras e invitadas especiales rodean a Gloria Ramírez Hernández, y alguien la ayuda con la efigie que representa a Elvia Carrillo Puerto, que con un diploma materializa el galardón.

Abrazos, expresiones de solidaridad, recibe de decenas de mujeres que a su vez han aportado a la igualdad en México, con tesón.

Los ramos de flores y su aroma envolverán a Gloria Ramírez Hernández y todo ello confirma que respaldos en el combate al uso que se da para denostar a la palabra feminista.

En el piso de palco está la porra de la galardonada.

La familia y compañeras de proyectos de la Ciudad de México, Nuevo León, Tabasco, Querétaro, Estado de México, Chiapas, Jalisco, Chihuahua, Hidalgo, Oaxaca, Puebla y Morelos.

En el patio recibe más abrazos y más flores, y es el punto central de una tertulia que se extiende sin límite de tiempo, pues ya no está rodeada del protocolo parlamentario.

Está satisfecha, feliz de que ha venido a hablar “en tribuna del Senado de la trayectoria feminista, con todas sus letras, de una lucha que es para hombres y mujeres juntos”.

La alegría feminista visitó el Senado de la República.

Google News

TEMAS RELACIONADOS

Noticias según tus intereses