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En los archivos del PRD quedaron resguardadas algunas cartas de liderazgos que decidieron renunciar al partido. Desde la más reciente elección presidencial (2012), al menos 50 importantes cuadros políticos dijeron adiós al sol azteca, dejando una serie de críticas que relacionan a ese partido con corrupción, pérdida de identidad y pactos con el gobierno federal.

Especialistas consultados por EL UNIVERSAL ligan la pérdida de liderazgos a una disminución de la votación del PRD en las últimas elecciones. Los expertos en política coinciden en un pronóstico: el sol azteca reducirá su fuerza y apenas podrá pelear un cuarto lugar con el PVEM en las votaciones presidenciales de 2018, perdiendo prerrogativas (financiamiento público) importantes para su funcionamiento.

Para el doctor en Ciencia Política por el Tecnológico de Monterrey, Gustavo López Montiel, desde la salida de López Obrador del PRD se había dado un proceso de descomposición del partido, lo que probablemente resulte en un desempeño pobre en 2018, en comparación con otras elecciones.

“La perspectiva que veo para el PRD es que llegue a ser la cuarta fuerza política nacional del país. Podría llegar a ser un partido pequeño con deudas enormes y eso mermaría su capacidad para hacer campañas”, declaró.

Desde la salida de Andrés Manuel López Obrador en 2012, al perder su segunda elección presidencial, una ola de renuncias de liderazgos (senadores, funcionarios, diputados, entre otros) se ha registrado año con año. Cuauhtémoc Cárdenas, Marcelo Ebrard, Alejandro Encinas, son sólo algunos de los políticos de peso que han abandonado las filas perredistas.

En la etapa en que Carlos Navarrete Ruiz, de la corriente Nueva Izquierda (Los Chuchos), dirigió al PRD, fue en la que más líderes abandonaron al partido. La cuenta llegó —según el propio Navarrete— hasta 33 militantes que dejaron sus cartas de renuncia sobre su escritorio en la sede nacional del sol azteca.

Salida emblemática. Posiblemente la misiva más simbólica para el PRD fue la que Cuauhtémoc Cárdenas entregó a Navarrete la noche del 25 de noviembre de 2014, en la que explicaba su renuncia y dejaba asentada una crítica severa al partido.

“Mantenemos profundas diferencias en las visiones de cómo enfrentar los problemas internos del partido, en particular las medidas que deben adoptarse para recuperar la credibilidad de la organización y de manera especial de sus dirigentes ante la opinión pública, indispensables para lograr un reposicionamiento como una verdadera opción política de carácter y alcances nacionales”, señala su texto de renuncia.

Las cartas que quedaron archivadas en el PRD van en una línea de crítica hacia el partido. Por ejemplo, el 27 de enero de 2015, Marcelo Ebrard renunció porque consideraba que en el partido existe un “progresivo acercamiento” de la dirigencia con el gobernante Partido Revolucionario Institucional (PRI).

“Desde inicios de 2013 expresé mi desacuerdo con el denominado Pacto por México, veo con tristeza que esa línea se mantiene e incluso se acentúa”, escribió el ex jefe de Gobierno.

En ese sentido, Víctor Manuel Alarcón Olguín, investigador de procesos políticos de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), prevé que el sol azteca tenga —por mucho— 5% o 7% de la votación en la elección presidencial de 2018, peleándose el cuarto puesto con el PVEM como fuerza política. Aunque aclaró que algunos liderazgos mediáticos ya no aportaban muchos votos al sol azteca, sí existía un peso importante de políticos como Cárdenas Solórzano, tres veces candidato presidencial.

“A pesar de que se habla mucho de una muerte lenta del PRD, también podría ser un actor importante y fundamental en la elección de 2018 y por eso genera muchas expectativas”, comenta el experto.

Para Jorge Buendía Laredo, investigador de la División de Estudios Políticos del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE) y director de la encuestadora Buendía y Laredo, es exagerado asegurar que el PRD desaparecerá como partido político nacional. Sin embargo, considera que su gran reto es quién será su candidato presidencial en 2018, porque de eso dependerán sus resultados, además de que logre retener el gobierno de la Ciudad de México.

Otros casos. Desde 1999 ha habido otras renuncias relevantes en el sol azteca. Por ejemplo, en octubre de ese año salió de las filas perredistas Porfirio Muñoz Ledo, quien después se postuló a la Presidencia de la República.

El 18 de mayo de 2009, Ricardo Mon-
real hace pública su salida del partido y su rompimiento con la entonces gobernadora de Zacatecas, Amalia García. Ahora es delegado en Cuauhtémoc por Morena.

El 26 de noviembre de ese mismo año el PRD da a conocer que Ruth Zavaleta, ex presidenta de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, solicitó su baja como militante. Días después siguió sus pasos René Arce; Leonel Cota Montaño, ex presidente del sol azteca, se separa el 29 de septiembre de 2010.

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