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México enfrenta una crisis en su relación con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, no con el pueblo estadounidense. Es necesario entender que Trump no cambiará en su actuar hacia México y por ello se deben tomar acciones a nivel mundial, consideró Porfirio Muñoz Ledo, político y ex embajador ante la Unión Europea.

Habiendo transitado varios años por la diplomacia mexicana, el ex constituyente aseguró en entrevista que México vive hoy una resaca de 30 años bajo la figura del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).

El gobierno mexicano, sugirió, debe denunciar (salirse) del acuerdo comercial con la Unión Americana, pero también utilizar todos los organismos internacionales existentes para acusar la intención de Donald Trump por construir un muro en la frontera con México.

El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, la Organización de Estados Americanos, la Organización Internacional del Trabajo, la Corte Internacional de Justicia de La Haya, la Corte Interamericana de Derechos Humanos, Hábitat y la UNESCO, son organismos que Muñoz Ledo sugiere para que México levante la voz, denuncie agravio por temas como el muro, desestabilización financiera, violación de derechos laborales, entre otros. Recordó que México ha participado en la defensa de distintas naciones en Centroamérica y América Latina, entre otros.

Lo que el país necesita es que se le respete, subrayó, y eso se logra alzando la voz.

Porfirio Muñoz Ledo llamó a la unidad, voltear a mirar a todos aquellos aliados que se tienen en Estados Unidos y echar mano de ellos para defender a México.

¿La relación de México con Estados Unidos ha entrado en un punto crítico?

—No con Estados Unidos, con el presidente [Donald] Trump. Ya el pueblo estadounidense está reaccionando muy fuerte. Parece que nosotros no acabamos de reaccionar. Los 16 Estados de la Unión Americana, los fiscales de 16 Estados van a trabajar juntos para que el gobierno federal respete la Constitución, respete la historia, que no ataque a nadie por su origen ni condición, allá sí están dando la pelea los propios estadounidenses, va haber una huelga de mujeres, va a haber un día sin mexicanos que están organizando ciudades de la frontera que nos apoyan.

Es hora de que México tome acciones, este no es un problema con el pueblo de Estados Unidos, es un problema mundial y el más agraviado es México. La membresía del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas nos es terriblemente favorable, tenemos a Bolivia y a Uruguay, a Ucrania, a Japón, a Italia, a Egipto, que es la presidencia de la Liga Árabe, pero México no acude a ellos, está Francia y Alemania.

¿Cuál es la propuesta?

—Acudir a todos los foros internacionales, que ya lo hicimos en el pasado. En Washington se puede actuar, la Asamblea de los Estados Americanos próxima va a ser en México y podemos ir trabajando una resolución por consenso. La Corte Interamericana de Derechos Humanos, sin necesidad de que México lo promueva, organiza audiencias públicas cuando hay agravios a los derechos humanos y si bien, Estados Unidos no acepta la jurisdicción de la Corte, ésta puede ser llamada por particulares y puede ordenar medidas precautorias. Hay muchas cosas que se pueden hacer.

¿A la Corte van los particulares en contra de Estados?

—Sí claro, hay muchos particulares agraviados. Ya se ha hecho en el pasado. Lo que yo estoy proponiendo es la defensa global e interna de México. Se trata de estabilizar al país, de salvar a México, eso sólo lo podemos hacer con un gran movimiento. No se trata de rendir pleitesía al gobierno, hay que hacer una agenda nacional aceptada por el gobierno. Podemos acudir a la Organización Mundial de Comercio porque hay ataques claros al libre comercio. Claro que podría haber un veto en el Consejo de Seguridad, pero nos vamos a la Asamblea General. Hay claros actos de agresión, un decreto para construir un muro es un acto de agresión.

¿México debe reaccionar?

—México como tal, no. El gobierno solamente, la sociedad debe presionar al gobierno de México. Hay que crear un ambiente en México de que podemos defendernos, no es un acto de agresión contra Estados Unidos el que nos defendamos, es un acto de defensa. Lo hicimos por Nicaragua en su tiempo, logramos una resolución de la Corte Internacional de Justicia de La Haya por el minado de puertos en Nicaragua. Hicimos un movimiento internacional importante de carácter regional que fue el movimiento de Contadora para hacer la paz en Centroamérica y nadie se lo tomó a mal a México.

Cuando México se defiende la gente lo apoya, lo que pasa es que si México no se defiende, la gente cree que estamos entregados al gobierno de Estados Unidos. Lo ven como un acto de violencia intrafamiliar porque el TLCAN nos convirtió en una zona doméstica.

México tiene que dejar de ser una zona doméstica, es mejor denunciar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte para recuperar la libertad, volver a organizaciones como el G77, México debiera estar haciendo un movimiento internacional de gran envergadura y tomar decisiones hacia adentro del país.

Si creemos que va a cambiar la política de Trump es un error, tenemos que pararlo entre todos y habrá efectos en México. Cualquiera que sea el resultado de esto, va a haber una política proteccionista que va a reducir el comercio internacional, esto es evidente, las inversiones estadounidenses y hasta algunas europeas, por lo tanto, lo primero es fortalecer el mercado interno.

El gobierno debe responder ante la sociedad, tomar medidas financieras, parar los gasolinazos, México debe encarar su situación fiscal.

¿En manos de quién ve que está la defensa del país?

—México inició en los años 80 su política de protección consular y ya tienen entrenamiento largo los consulados, hay un sistema mexicano consular que funciona y que hay que estimular. Hay organizaciones mexicanas en Estados Unidos que hemos abandonado.

¿Hay que fortalecer a toda la red consular?

—Es un problema de dinero, pero es también un problema de movilización política, cuando los cónsules tienen línea política de hacer la defensa tienen sus medios. Cuando hay deseos de hacer las cosas se hacen y hay que convocar a todas las organizaciones americanas. Se necesita a todos: los partidos políticos, las organizaciones civiles, las universidades, los sindicalistas norteamericanos que nos han apoyado mucho, hay que hablar de empresario a empresario, hay contactos.

¿Este movimiento que sugiere hasta dónde debe llegar?

—Es una manera de poner de manifiesto que no estamos haciendo lo que debemos hacer, no se trata de que el gobierno se haga fuerte valiendo de la solidaridad nacional, eso es una consecuencia indirecta, pero el objetivo no es ese, el objetivo es una refundación del país, es el objetivo verdadero.

Estamos sufriendo la resaca de una relación de 30 años con daños para México con el TLCAN: estancamiento económico, aumento de marginación. Tiene que haber una política interna distinta y una política internacional distinta. Además, si no nos damos a respetar, no nos van a respetar.

¿Qué es darnos a respetar?

—Usar nuestra voz.

¿Lo que se hace por parte de distintos sectores hoy no funciona?

—Bueno, todo lo que se haga es bueno pero son cosas aisladas, nosotros necesitamos poner de manifiesto frente al país que hay otro camino a seguir.

¿Quién debe actuar?

—Hay varios organismos. Si hacemos una lista de organizaciones que nos apoyarían es infinita, podemos ir a la Organización Internacional del Trabajo, podemos ir a la Corte Internacional de Justicia por violaciones a tratados interfronterizos. Nosotros podemos hacer denuncias, por qué los Estados de la Unión Americana denuncian la conducta del gobierno de Washington, y México no lo hace.

¿Qué percibe?

—Temor lo hay, es natural, hay conciencia en el gobierno de nuestra fragilidad económica, temen una caída pero están tomando las vías equivocadas para hacer las cosas, porque así no van a detener a Trump, estamos cayendo en su trampa.

¿Cómo cree que termine esto?

—Lo peor que puede ocurrir es que quedemos de nuevo atrapados por un TLCAN menos favorable a nosotros y que el país ya no tenga solución, cuando tenemos, por primera vez en mucho tiempo, la oportunidad de que el país tenga un resurgimiento. Mientras el país no tenga conciencia de que los 30 últimos años han sido catastróficos no podemos ir a un renacimiento. Hagamos balance de lo que ha sido el TLCAN, nos sacó de una tradición mexicana de carácter universalista para meternos en un saco doméstico con Estados Unidos, estamos pagando las condiciones de lo que hicimos.

¿Puede ser peor?

—Sí claro, pero el daño es la total supeditación a Estados Unidos. Se trata de salvar al país y de cambiar en muchos aspectos, el rumbo económico y político. Nos podemos volver nuevamente en un país de gran influencia internacional, porque somos el otro polo, somos el símbolo, somos el país más directamente afectado. Lo que está haciendo Trump es derogar el derecho internacional y el derecho interno de Estados Unidos, es un retroceso civilizarlo, es la muerte del Estado de derecho, es lo que significa Trump. México fue el gran partidario del desarrollo del derecho internacional porque es lo que más nos protege.

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