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A sus 35 años de edad, Jared Kushner puede ser uno de los hombres más influyentes en Estados Unidos. Casado con la hija mayor de Donald Trump, Ivanka, este joven sin experiencia política tiene mucho peso en el círculo más cercano al presidente electo, al grado de perfilarse como uno de los asesores clave del futuro inquilino de la Casa Blanca.

En México, analistas coinciden en que si Jared Kushner ya tuvo contacto con el gobierno mexicano a través del ex secretario de Hacienda, Luis Videgaray, bien puede ser un interlocutor entre los dos países, para saber lo que pensará la nueva administración estadounidense.

A Kushner se le conoce por tener pinta de buen estudiante y tiene fama de ser un hombre amable y reservado. También se dice que es ambicioso y no duda en sacar del juego a sus enemigos.

En este aspecto, la prensa estadounidense lo ha señalado como el responsable de la salida del equipo de transición del gobernador de Nueva Jersey, Chris Christie, y del ex congresista y ex presidente del Comité de Inteligencia de la Cámara, Mike Rogers.

Ayer, durante un encuentro con periodistas del New York Times, Trump mencionó a Kushner como la persona que podría ayudar a conseguir la paz entre israelíes y palestinos, lo que inmediatamente generó polémica en Estados Unidos porque demuestra lo poco que el presidente electo de ese país sabe de política internacional y lo mucho que confía en su yerno.

Christie fue fiscal general de Nueva Jersey cuando el padre de Kushner, el magnate inmobiliario Charles Kushner, fue juzgado y encarcelado por evasión de impuestos, contribuciones ilegales a campañas y manipulación de testigos en 2004. A raíz de eso, a sus 23 años, se hizo cargo de los negocios de la familia.

Tiene acceso a figuras influyentes de la talla del ex secretario de Estado, Henry Kissinger; el magnate de los medios, Rupert Murdoch, y el ex CEO de Fox News, Roger Ailes.

Durante la campaña presidencial de Donald Trump, Jared Kushner participó en el proceso de selección del compañero de fórmula de Trump, en los debates sobre estrategia y en los eventos para recaudar fondos.

Ha estado presente en los encuentros más importantes de Donald Trump con políticos y líderes internacionales.

El pasado 10 de noviembre, cuando el mandatario electo acudió a la Casa Blanca para reunirse con el presidente Barack Obama, Kushner se entrevistó en privado con el actual jefe de gabinete, Denis McDonough. También estuvo en las reuniones de Trump con el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, en septiembre pasado, así como con el primer ministro de Japón, Shinzo Abe, la semana pasada.

Se sabe que suele estar presente en la oficina del presidente electo cuando éste sostiene conversaciones telefónicas con otros miembros de su equipo.

Sobre su papel en el próximo gobierno, se prevé que asumirá un puesto de asesor presidencial, probablemente sin un nombramiento formal para evitar las leyes contra el nepotismo, pero sin duda se mantendrá como una de las voces fundamentales en las políticas de Trump.

Al respecto, Kellyanne Conway, asesora del equipo de transición del republicano, ha dicho que el yerno del presidente electo “no ha solicitado ningún puesto formal”, aunque “seguirá siendo muy importante” para Trump porque es una persona en la que confía mucho. Es muy reservado. No suele hablar con la prensa y rechaza todas las solicitudes de entrevistas.

Es judío practicante, nieto de sobrevivientes del holocausto y ha jugado esa carta ante la comunidad judía cuando Donald Trump ha sido acusado de antisemita.

Para casarse con Ivanka Trump, en 2009, ella se tuvo que convertir al judaísmo y están criando a sus tres hijos como judíos ortodoxos.

La llave para incentivar la comunicación. El politólogo mexicano José Antonio Crespo consideró viable que Kushner pueda convertirse en el eslabón que lleve a que México y Estados Unidos tengan una comunicación fluida.

Sin embargo, advirtió, no querrá decir que el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, estando ya en funciones, no cumplirá con las amenazas que hizo durante su campaña.

“Podría ser un buen interlocutor sobre todo si se trae a Luis Videgaray de regreso a la administración [de Enrique Peña Nieto]. Lo que no creo es que lo que tiene planeado Trump para México pueda variar. Una cosa es el contacto, pero ello no quiere decir que se va a traducir en que las posiciones se van a suavizar”, mencionó el experto.

Kushner, añadió Crespo, puede ser un buen puente de comunicación para saber qué es lo que el gobierno estadounidense, en su momento, llevará a cabo respecto a México; tener pláticas, pero no más allá.

Por su parte, la embajadora mexicana Olga Pellicer consideró que las autoridades mexicanas deben buscar cualquier canal de comunicación con la que será la administración de Trump.

“Establecer comunicación es algo normal y si ese contacto se hace con alguien cercano es bueno, pero no quiere decir que se logrará influir para evitar el cumplimiento de amenazas”, dijo.

La diplomática subrayó que si bien se tuvo cercanía con Kushner para lo que fue la visita de Trump a México en agosto pasado, ello no quiere decir que existe gran capacidad de influencia.

“Eso no quiere decir nada. Lo que se necesita hacer ahora es buscar todos los caminos posibles de comunicación e ir familiarizándose con el equipo que se designará”, apuntó Pellicer.

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