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El desarrollo urbano actual es desigual y excluyente, debido a que aleja a las viviendas de los centros de trabajo ocasionando la pérdida de productividad y prosperidad de las metrópolis. “Si seguimos de manera indolente permitiendo que nuestras ciudades crezcan indiscriminadamente vamos a tener un problema serio como país”, advirtió Rosario Robles Berlanga, titular de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu).

En entrevista con EL UNIVERSAL, previo a su participación en la Conferencia de ONU Hábitat III que se realizará del 17 al 20 de octubre en Quito, Ecuador, resaltó que es un punto de llegada, pero no el final, donde México establecerá compromisos para el desarrollo de una nueva agenda urbana a los cuales se les dará seguimiento mediante un observatorio ciudadano, a fin de sentar las bases para una visión nacional que coordine los tres niveles de gobierno y trascienda la presente administración en planeación urbana.

La secretaria comentó que ocho de cada 10 personas viven en ciudades y 80% del Producto Interno Bruto (PIB) se genera en las casi 60 metrópolis que hay en el país, por lo que la reforma urbana debe ser parte de la agenda del México del siglo XXI.

Robles Berlanga, quien salió a Quito ayer para encabezar a la delegación mexicana que participará en la Conferencia de Hábitat III, afirmó que no se pueden tomar decisiones parciales, sino integrales y que se debe asumir una visión de metrópoli donde se capacite a los municipios y a los alcaldes, a fin de tener un “efecto metropolitano”.

Precisó que se requieren de muchos cambios, por lo que se están realizando las reformas legislativas, como es el caso de la Ley de Asentamientos Humanos, para dejar “un legado” que permita al Estado tener mayor rectoría en el desarrollo urbano y no sea el mercado o “intereses particulares” los que determinen la construcción de las ciudades en el país.

La funcionaria federal aseguró que México ha asumido con mucho compromiso la Conferencia de ONU Hábitat III y ha sido cofacilitador en la discusión mundial del documento que se presentará en Quito. Detalló que se plantearon siete puntos de la nueva agenda urbana, los cuales tienen que ver con el derecho a la ciudad y la vivienda, la gobernanza metropolitana, la gestión social del suelo, la resiliencia, la perspectiva de género y el combate al cambio climático.

¿La conferencia Hábitat III les debe de importar a todos?

—Claro, porque además esta reunión se hace cada 20 años. La última fue en 1996 en Estambul y hoy México es otro. Hace 20 años este era otro país y si seguimos de manera indolente permitiendo que nuestras ciudades crezcan indiscriminadamente vamos a tener un problema serio como país.

¿Por qué es importante esta reunión? ¿Cuál es el mensaje que debe recibir la gente?

—Porque necesitamos construir ciudades para convivir, ciudades en las que debemos vivir con un ejercicio pleno de derechos y que este desarrollo urbano que hemos tenido nos ha expropiado ese derecho. El que tenemos es un desarrollo urbano desigual y excluyente, que aleja las viviendas de donde trabaja la gente, que ha llevado a que muchas de nuestras grandes ciudades pierdan productividad y prosperidad. Entonces, había que hacer un alto en el camino y aprovechar Hábitat III para reflexionar en México, buscar este evento internacional como un pretexto para que desde una visión de Estado los mexicanos reflexionáramos sobre el tipo de desarrollo urbano y metropolitano que queremos para el país.

¿Se va a presentar en Quito el panorama del México real o del México que se quiere que se vea en el exterior?

—Del México real. Tenemos mucho que presumir en esta reunión de Hábitat III, de esta conciencia que se ha adquirido sobre la necesidad de políticas nacionales en materia de vivienda, de desarrollo urbano, metropolitano y de suelo que se han instrumentado desde la administración del presidente Enrique Peña Nieto.

Se trata de retomar la planeación como un instrumento básico y pensar en esas ciudades del futuro. Tenemos que marcar lineamientos para que los municipios que son los responsables, de acuerdo con la Constitución, de otorgar los usos de suelo, de realizar sus planes de desarrollo urbano, tengan esta perspectiva y esta visión de largo alcance y, sobre todo, que podamos frenar este crecimiento desigual y desordenado, extensivo de nuestras ciudades. Irnos a la redensificación, a la verticalización, a ciudades compactas, con movilidad adecuada, cercanas las viviendas a las fuentes de trabajo para que sean ciudades más productivas.

¿Cuáles son los retos de México en ONU Hábitat III?

—México ha asumido con mucho compromiso la reunión de Hábitat III, nos hemos preparado de manera muy importante, han habido 31 foros estatales discutiendo la nueva agenda urbana y el derecho a la ciudad; hemos hecho dos foros en México siendo nuestro país sede junto con ONU Hábitat: el de la Ciudad de México sobre el financiamiento y en Toluca, que fue el foro regional de América Latina y el Caribe. Hemos sido cofacilitadores en el documento base que se aprobará en la reunión plenaria y de ahí se desprende el gran compromiso con esta nueva agenda urbana.

La reforma urbana tiene que ser la agenda del México del siglo XXI, se han planteado reformas legales particularmente la Ley de Asentamientos Humanos, que tiene 40 años para incorporar aspectos tan importantes como el derecho a la ciudad, la gobernanza metropolitana, la gestión del suelo, la resiliencia, la perspectiva de género, la accesibilidad universal y todo esto forma parte de lo que México ha venido construyendo hacia Hábitat III.

¿Cuáles serán las propuestas esenciales que presentará México en la reunión de Quito y qué quiere que se incluya en el documento final?

—Están incluidas, nosotros hemos sido cofacilitadores en la discusión mundial sobre el documento que se presentará en Hábitat III. Hemos planteado siete puntos de la nueva agenda urbana que tienen que ver con el derecho a la ciudad, con la vivienda, la gobernanza metropolitana, la gestión social del suelo, la resiliencia y el combate al cambio climático, la movilidad como un aspecto fundamental de la nueva agenda urbana. Hemos planteado ejes transversales como son el pensar que las mujeres vivimos las ciudades de manera diferente y que tiene que haber un enfoque de género.

Hemos planteado una visión de derechos a partir del derecho a la ciudad como elemento fundamental y hemos planteado una visión de accesibilidad universal. Ciudades para todos y todas, para las personas con discapacidad y todo lo que esto implica, para adultos mayores, para los niños, para los jóvenes, para las mujeres.

Ha habido un comité preparatorio en el que participan expertos de la academia, integrantes de organizaciones de la sociedad civil, empresarios, así como los tres niveles de gobierno.

Este comité preparatorio ha estado trabajando durante dos años en toda esta propuesta que es la que se llevará a Quito, Ecuador.

El desarrollo de estas ciudades incluyentes, ¿no cree que la gente lo vea muy lejano?

—Claro, porque hoy tenemos ciudades desiguales, pero tenemos que empezar en las grandes metrópolis o en las megalópolis, como es ésta, a reconstruir y a remediar, mitigar lo que hemos creado, pero también hay muchas ciudades pequeñas, muchos asentamientos humanos pequeños que debemos desde ahora tomar las medidas preventivas que nos permitan que no se cometan los mismos errores y entonces todo esto tiene que ver con una gestión del territorio de manera diferente.

Ahorita se están sentando las bases, haciendo las reformas legislativas, se concretan ejemplos emblemáticos para dejar un legado que permita que hacia adelante podamos replicar y generar una mayor orientación, así como rectoría del Estado en el desarrollo urbano, que no sea el mercado. Que no sean quienes desarrollan la vivienda o intereses particulares, sino que sea el interés público el que prive y predomine en la construcción de ciudades.

¿Cómo garantizar el derecho al acceso a la vivienda de manera sustentable y generar la conciencia en la población para no asentarse en zonas riesgosas?

—La conciencia tiene que ser la de la autoridad, el presidente municipal tiene la obligación de tener sus Atlas de Riesgo y de impedir que se construya o que haya un asentamiento donde hay un riesgo y tiene que dar opciones. Tenemos que empoderar a los gobiernos locales y capacitarlos para que realmente puedan responder a estos retos y a estos desafíos, tenemos una gran parte de nuestras ciudades en donde se ha construido, donde construimos riesgos, porque es ahí donde el suelo es más barato o donde la gente llegó y se asentó de manera irregular, todo eso lo tenemos que ir resolviendo poco a poco, cuesta mucho dinero, pero es del ámbito municipal y es ahí donde tiene que haber reordenamiento territorial.

Lo que hemos hecho es definir perímetros de contención; es decir, sólo se puede construir en esta área, más allá de esto no va a haber subsidio ni apoyo del gobierno ni debe haber permisos de la presidencia municipal; pero aquí entramos a una paradoja, quien da los permisos es el municipio, tú no puedes tener una visión nacional, pero si aquí va en el sentido contrario no vamos a lograr esta planeación, este desarrollo ordenado de nuestras ciudades, por eso tenemos que trabajar muy de la mano con los municipios y los gobiernos estatales.

En el área de la megalópolis, ¿qué se planea para de alguna manera revertir lo que se hizo?

—Tenemos que ir a un debate que permita generar niveles de gestión metropolitano, si no asumimos temas como el medio ambiente, el transporte, la basura, la vivienda, el agua y la seguridad desde un enfoque metropolitano no vamos a resolver los problemas de la metrópoli o de la megalópolis.

Tenemos que subir un escalón y ver todos en una misma lógica. Tiene que haber medidas que sean obligatorias y vinculantes para que podamos resolver el problema de la metrópoli, porque las divisiones geográficas son ficticias, juegan desde el punto de vista de nuestra geografía política, pero a la basura no le importan si esta es una calle del Estado de México, de la Ciudad de México, de Hidalgo o de Morelos, se trata del mismo problema.

Todo este reordenamiento tiene que verse desde una visión metropolitana, por eso el siguiente paso es la gobernanza metropolitana, gerencias metropolitanas que permitan que independientemente del color del partido de los gobiernos haya planes y niveles de gestión que están por encima de intereses políticos y tiene que ver con el futuro de las metrópolis no sólo de la megalópolis, lo mismo podemos decir de Guadalajara, de Monterrey, lo mismo podemos decir de otras metrópolis del país, porque ahí es donde estamos generando la prosperidad de México y si no las hacemos competitivas vamos a perder mucho esta productividad y prosperidad.

Hablamos de un derecho a la ciudad. Si alguien hace dos horas para ir a su trabajo, si una mujer tiene que dejar a sus hijos todo el días solo porque ella trabaja del otro lado de la ciudad y se traslada mucho tiempo para llegar a su vivienda, por eso se trata de un enfoque de derechos, el derecho que tenemos todos a vivir felices en nuestra ciudad.

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