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El matrimonio gay afecta a la sociedad en su conjunto y se observa en los países donde se ha legalizado, ahí se ha atentado contra la libertad de conciencia y de expresión, afirmó la Arquidiócesis de México.

En la quinta entrega de los artículos titulados “¿Por qué la Iglesia se opone a la iniciativa del Presidente que promueve el matrimonio igualitario?”, publicado en el semanario Desde la Fe, se abordó “la represión que han sufrido grupos opositores al matrimonio igualitario en distintas partes del mundo”.

El semanario que edita la Arquidiócesis de México acusó que “los homosexuales exigen tolerancia, pero la mayoría de ellos son intolerantes”. Argumentó que quienes se oponen a las uniones entre personas del mismo sexo son tildados de homofóbicos y sufren continuas burlas, persecución, insultos y amenazas.

“Como católicos nunca debemos desentendernos de lo que ocurre a otros hermanos y, segundo, que el matrimonio gay sí nos afecta, afecta a la sociedad en su conjunto”, afirmó.

Expresó que a la Iglesia le preocupa que un gobierno que no considera el matrimonio como la unión entre hombre y mujer, “abre la puerta para legalizar uniones de cualquier tipo”.

Consideró que los promotores de bodas gay dicen: “Triunfó el amor”, pero antes nada impedía a los homosexuales amarse o vivir juntos, incluso tener beneficios estatales.

“Entonces, ¿para qué luchar por cambiar el concepto de matrimonio, si supuestamente lo consideran una institución obsoleta, opresiva, patriarcal? ¿Por qué aspirar a una unión monógama y de por vida si a ellos no suele interesarles?”, cuestionó.

El órgano de difusión de la Arquidiócesis de México indicó que detrás de la insistencia de legalizar y promover el matrimonio gay hay una intención: “Atentar contra el verdadero matrimonio y la Iglesia, crear un nuevo orden social, una nueva normalidad, sin leyes morales y sin Dios”, señaló.

Citó que en el estado de Massachu- ssets, Estados Unidos, a un sacerdote católico lo escupieron participantes de una marcha del orgullo gay, mientras que a un padre de familia que pidió ser avisado cuando en la escuela se dieran lecciones de homosexualidad para no enviar a su hijo, fue arrestado.

A manera de conclusión, el semanario Desde la Fe enlistó las cinco razones por las que la Iglesia se opone a los matrimonios entre personas del mismo sexo: “La palabra de Dios lo rechaza, no santifica ni da vida, causa daños físicos, sicológicos y espirituales, donde se ha legalizado se ha atentado contra la libertad de conciencia y de expresión, como se opone a la voluntad de Dios pone a los involucrados en grave riesgo de perder su salvación”, detalló.

Dijo que la Iglesia sabe que en los países donde se legalizó el “matrimonio gay” se le ha dado al tema una intensa promoción tanto a nivel gubernamental como educativo, dirigido a niños y adolescentes, respaldada en redes sociales y medios de comunicación.

En otro artículo publicado por el semanario se ofrecen consejos a las familias para “contrarrestar la ideología de género”, donde instruye a los padres para “tomar las riendas de la educación de sus hijos” al tratarse de un derecho “natural”.

“Este derecho no nos lo otorga el Estado, sino que es un derecho natural reconocido por los pactos internacionales como el de San José o la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Nosotros tenemos derecho a educar a nuestros hijos en los valores y costumbres que creemos mejores conforme a nuestras creencias”, indicó.

Recomendó mostrar a los hijos que aún hay familias donde se defiende “el modelo natural [de familia] formado por un papá y una mamá”.

Advirtió que aunque una minoría busca imponer ideologías basadas en teorías sin sustento científico “no nos obliga a vivir conforme a ella”.

Advierten sobre pérdida de fe. En la homilía dominical, en la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México, el cardenal Norberto Rivera Carrera dijo que cuando se debilita o desaparece la fe, “el corazón humano queda atrapado en los espejismos de este mundo, entonces, poco o nada nos importa estar vigilantes”, y consideró como “inconcebible la actitud indiferente”.

“En ese estado, no es de extrañar que nuestras preferencias corran en pos de lo deleznable y efímero que nos ofrece el mundo: indiferencia religiosa, vanidades, ambiciones que se manifiestan en una escandalosa falta de solidaridad social, atropellos del más necesitado, atropellos al trabajador y a la familia, vivencia de un hedonismo que desprecia los mandamientos fundamentales y el respeto al prójimo”, expuso la publicación.

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