... Y beben el trago amargo de una observación presidencial

El trago es amargo. Ahí están los senadores en sesión extraordinaria de cuatro horas y media para dar marcha atrás a lo que se ha llamado Ley 3de3 para particulares, una disposición contenida en un párrafo que votó el pleno con una contundente mayoría, y que esta vez, con otra gran mayoría, corrige en el corto plazo de cuatro semanas.

Pablo Escudero (PVEM), senador que perdió el gusto de sonreír en los últimos meses, tiene el dictamen a favor del veto presidencial al artículo 32 y asegurada la aprobación por 95 votos de los hasta 128 que componen el pleno.

La sesión extraordinaria abre a las 14:05 horas. Empieza un debate amargo, seco, de caras largas, de acumulación de culpas al Ejecutivo y a su fuerza en el Congreso por parte de la izquierda, que entrelaza el tema de anticorrupción con otro que está en las calles: la reforma educativa. Dicen perredistas y petistas que así como Enrique Peña Nieto recibió a los empresarios que estaban en contra del artículo 32 y lo vetó, así hubiera entablado diálogo con el magisterio.

Escudero sostiene que “no se exime por ningún motivo a los particulares”, pero en la larga fila de oradores abundan los calificativos de “vergonzoso” en todo lo que rodea a esta sesión extraordinaria.

Manuel Bartlett Díaz, coordinador del PT, dice que esta asamblea es una “auténtica vergüenza” y que no hay división de poderes, pues “nos ordenaron venir [a cambiar la disposición anticorrupción], y aquí estamos”. Layda Sansores acusa dos caras del Ejecutivo: “A los empresarios, el veto, y a los maestros, la bala”.

Sube a tribuna nada menos que el autor del párrafo con el que se quiso incluir a empresarios en la 3de3: Manuel Cárdenas,

El legislador sin bancada rema contra corriente. Si votaron equivocados de madrugada, obsequia una burla: Han de tener problema con su reloj biológico, dice.

Los perredistas dicen que si se corrige esta reforma, como lo plantea el Ejecutivo federal, puede cambiarse la reforma educativa y votan en contra y en abstención de las observaciones presidenciales, pero ninguno las apoya.

El debate se complementa hoy en la casa de los segundos padres del artículo 32: la Cámara de Diputados.