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Por los delitos cometidos en los baños de mujeres de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) de la UNAM, la institución instaló durante el periodo vacacional 60 botones de pánico en los sanitarios que se encuentran distribuidos en cinco edificios.

La población femenil en la UNAM es de alrededor de 65%, por ello se han tomado medidas para su seguridad durante el ciclo escolar, que iniciará formalmente el próximo 8 de agosto.

Ayer, en la bienvenida a los alumnos de nuevo ingreso, se les informó de la existencia de estos botones de pánico por si se presentan emergencias por inseguridad o salud.

En el mensaje de bienvenida, Khemvirg Puente Martínez, coordinador del Centro de Estudios Políticos, informó sobre la función de estos dispositivos a los académicos, trabajadores y los estudiantes concentrados en el auditorio y en las dos explanadas.

Al concluir la sesión informativa sobre las actividades académicas y administrativas de la institución, el secretario administrativo de la facultad, Alejandro Santiago, habló sobre la instalación de este nuevo recurso, mientras autoridades y un grupo de estudiantes-monitores, guiaron por las instalaciones a los alumnos que se incorporan por primera vez a la institución.

Durante el recorrido enfatizaron el uso correcto de los botones de pánico y les pidieron no utilizarlos para causar alarma: “Si los llegaran a asaltar, tienen que venir a la unidad jurídica para presentar su denuncia administrativa”, explicó uno de los monitores a un grupo de 20 jóvenes.

Cada baño, en los edificios A, B, C y D, tiene un botón rojo que puede ser activado cuando la víctima está en el retrete. Al apretar el botón suena una sirena y se enciende la luz roja de una torreta instalada en la entrada de los baños. En ese momento, el personal de vigilancia UNAM acude al baño, desactiva el control y entra a los sanitarios para preguntar qué pasó.

Durante el recorrido EL UNIVERSAL estuvo presente cuando la alarma fue activada por accidente en el edificio A y el tiempo de reacción fue de alrededor de 30 segundos. Sin embargo, aún hay confusión sobre el uso de los botones de pánico, no hay información visible en las áreas comunes que describan su funcionamiento ni el objetivo y el personal de vigilancia asegura que no ha recibido capacitación.

“No sabemos bien cómo funcionan ni nos han dicho cuál es el protocolo para actuar en caso de urgencia. Ni los alumnos saben, hicimos algunos letreros para pegarlos junto al botón porque sonaba cada 10 minutos o media hora, pero ni nos han pagado el tiempo extra desde marzo, así cómo le vamos a echar ganas”, relató uno de los trabajadores de vigilancia.

“Hay delincuentes que ni son de aquí, y hay enfermos que entran, les toman fotos desde abajo [de las puertas de los baños a las estudiantes], intentan tocarlas o robarlas, pero no somos autoridad, no podemos detenerlos, está prohibido y ni tenemos armas; por nuestra propia seguridad les pedimos que se identifiquen y si no son de la Facultad les pedimos que se retiren, es todo.

“La mayoría son de otras facultades; una vez agarramos a uno de Psicología que le tomó fotos a una alumna, pero ni les hacen nada”, acusó un vigilante.

Encapsulan baños. Otra de las novedades para este regreso a clases es que en los baños de mujeres taparon las puertas de los sanitarios del piso al techo, para evitar que alguien meta la mano o el celular.

Los entrevistados aseguraron que en los robos que ocurren robos en la FCPyS participan trabajadores de la UNAM, auxiliares de intendencia o los propios vigilantes:

“Se roban muchas cosas, muchas veces son vigilantes o los de limpieza que se llevan laptops o celulares que los alumnos dejan en las bancas cuando van al baño o en un descuido”.

En la Secretaría Administrativa tienen conocimiento de estos hechos, pero advierten que no hay presupuesto para contratar más vigilantes o instalar videocámaras. Personal de esa área afirmó que recientemente cambiaron las plumas de estacionamiento de profesores. Éstas son automáticas; sin embargo, el estacionamiento de los alumnos no ha sido modificado. Esta medida fue necesaria porque se dieron cuenta que algunos asaltantes entraban en auto y se estacionaban en dichos lugares para ir a asaltar a pie en otras zonas. Las autoridades reconocen que también hace falta iluminación y que persiste el ambulantaje, a pesar de que está prohibido.

Durante el recorrido se constató que en la Facultad de Medicina los botones fueron instalados desde hace dos años, pero los quitaron porque no funcionaban.

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