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El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) y el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) informaron al Congreso que no habrá medición de la pobreza 2015, debido a la polémica por los cambios en la captación del ingreso, y además no existe comparabilidad en la medición con años anteriores.

Al asistir a una reunión de trabajo ante integrantes de la Tercera Comisión de la Permanente, el secretario Ejecutivo del Coneval, Gonzalo Hernández Licona, expresó que consideraron prudente no hacer la publicación debido a la no comparabilidad de la medición, y además acordaron crear un grupo técnico de trabajo para ver qué pasó con la encuesta 2015.

En entrevista, dijo que no hay fecha para su publicación: “No sabemos... a lo mejor no lo presentamos nunca”, e incluso adelantó que de no haber coordinación con el Inegi estaría en riesgo la medición de 2016, que se comenzará a levantar en las próximas semanas.

Hernández Licona expresó que junto con el Inegi crearán un grupo técnico para saber por qué no es comparable la medición 2015, conocer qué se puede rescatar de la encuesta o si hay posibilidad de hacer comparaciones con mediciones anteriores.

Ante los legisladores, el secretario ejecutivo del Coneval manifestó que también trabajan en que la encuesta 2016 sea comparable con los años previos, a fin de rescatar la confianza de los ciudadanos.

El funcionario responsabilizó al Inegi de no haberles informado sobre los cambios en los manuales para captar mejor los ingresos de los deciles más pobres del país.

“Siempre ha sido muy buena [la comunicación], lo que ocurre es con los operativos de campo, que siempre han tenido grados de libertad para modificarlos, parecería que en 2015 hubo captación en campo que no siempre estuvo en los manuales para captar mejor los ingresos y es ahí donde no supimos que había esa intencionalidad”.

El diputado federal de Morena, Vidal Llerenas, cuestionó si de algo sirve la encuesta al Módulo de Condiciones Socioeconómicas 2015 o simplemente se tiraron 150 millones de pesos a la basura, porque con sus resultados, usando el Índice de Gini, que mide la desigualdad, México tendría al nivel similar al de Estados Unidos.

“Si una encuesta nos da el Gini de Estados Unidos, sí creo que tiene dudas fundamentales en cuanto a cómo estuvo hecha o que en Puebla el decil más bajo tiene un incremento de ingresos de 60%”, dijo.

Inegi defiende cambios. El presidente del Inegi, Julio Alfonso Santaella Castell, defendió los cambios en la captura del ingreso y afirmó que “no hubo dolo” ni se actuó “de mala fe” al cambiar el procedimiento del levantamiento.

“Es cierto, si todo hubiera marchado como en años anteriores, no estaríamos reunidos, si bien el Inegi cumplió con lo estipulado al pie de la letra, hay áreas de oportunidad en ambas instituciones, específicamente en comunicación.

“Estoy convencido que no hay dolo, no hay mala fe, el cúmulo de actividades y los años de colaboración nos hizo dar por sentadas ideas que en adelante seremos muy cuidadosos de externar para el beneficio de todos los usuarios”, reconoció Santaella Castell.

El funcionario aseguró que la decisión de mejorar la captación de los ingresos respondió a reducir las inconsistencias en el levantamiento de información en el subreporte, que se registran en este tipo de mediciones.

En su exposición, Santaella Castell reiteró que la medición dada a conocer por el Inegi el pasado 15 de julio, no es comparable con los ejercicios anteriores, por ello informó a sus usuarios de sus limitaciones.

“Cumpliendo con los principios de transparencia, el Inegi publicó el resultado y advirtió a sus usuarios de sus limitaciones, sobre la no comparabilidad fue para prevenir sobre su uso político en un acto de responsabilidad del instituto”, dijo.

No obstante, legisladores de oposición arremetieron contra el titular del Inegi por no haber coordinado con el Coneval los reactivos que impidieron publicar la medición de pobreza 2015 y pusieron en duda la credibilidad de ese instituto, y pidieron sanciones para los responsables.

“Aquí alguien miente, o miente el titular del Coneval o el del Inegi (…) el dicho del Coneval es que nunca fue informado en el proceso y el director del Coneval dice que él se enteró que no era compatible la encuesta el día que se presentó el comunicado, eso no es una pequeña falla de comunicación, eso es un monumental error institucional que debe tener responsabilidad”, aseguró Llerenas Morales.

Ernesto Cordero Arroyo (PAN), senador y ex secretario de Hacienda y Crédito Público y de Desarrollo Social durante el sexenio de Felipe Calderón Hinojosa, le exigió al presidente del Inegi que asuma su responsabilidad, porque el daño “es grande y está hecho”.

“La credibilidad de una institución como el Inegi está en duda, me parece que no se debe pedir perdón, pero sí se deben rendir cuentas. Es evidente que alguien en el instituto se equivocó y debe asumir las consecuencias de sus actos, no fue un error menor señor presidente del Inegi, si a usted no le informaron, me parece que el que no le informó tiene que asumir las consecuencias de sus actos, y si a usted le informaron, usted tiene que asumir las consecuencias”, aseguró Cordero Arroyo.

En tanto, la senadora del PRD, Iris Vianey Mendoza, dijo que el Inegi estaba en falta, y esa es la percepción que tienen, no sólo los legisladores, sino la población en general de nuestro país.

Aseguró que más allá de quien miente es importante conocer quién tomó la decisión de modificar los reactivos para la medición de la pobreza.

“¿Quién tomó la decisión de cambiar el formato, de cambiar la forma de recabar la información, quién la tomó desde el Inegi?, ¿cuál es el papel de la Junta de Gobierno en la aprobación y la supervisión de estas mejoras?, ¿sí participaron o no participaron?, ¿Quién tomó esta decisión?”, cuestionó la legisladora Mendoza.

La senadora Mariana Gómez del Campo (PAN) aseguró que por este diferendo han surgido dudas, porque es difícil entender que las personas más pobres incrementaron sus ingresos en 33% sin explicación económica creíble, más aún cuando hace unos meses el número de personas en pobreza se incrementó en 2 millones para llegar a los 55.2 millones de mexicanos.

“Lo menos que deseamos en el Poder Legislativo es que haya un intento deliberado por alterar cifras tan relevantes que tienen que ver con el principal problema que enfrenta el país, que es el elevadísimo número de personas en pobreza, y también la marcada y lacerante desigualdad”, dijo Gómez de Campo.

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