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“Efervescencia política” es lo que Juan Díaz de la Torre advierte en México por la aplicación de la reforma educativa. Hace unos días firmó en la Secretaría de Educación Pública (SEP) un acuerdo del que “no es exagerado decir que es un relanzamiento” de la evaluación para los docentes, porque lo que ha generado inconformidad, “se va a corregir”.

Es el presidente del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), quien encabeza a 1.7 millones de personas afiliadas y dice que el acuerdo con Aurelio Nuño, titular de la SEP, es muy sólido para replantear muchas de las exigencias del gremio.

Una de ellas, restablecer la situación salarial del programa de Carrera Magisterial para más de 700 mil maestros y que implicó que en una semana la Secretaría de Hacienda y Crédito Público interviniera en una negociación que se tradujo en más de 2 mil 450 millones de pesos adicionales para el magisterio en este año.

En la ruta de revisión a la reforma está convencido de que no es necesario llevar el tema al Congreso, lo que requiere es una evaluación de lo que hasta ahora se ha realizado, con la posibilidad de incorporar la propuesta sindical para aplicar otras opciones de evaluación: la colectiva, la de directores y la autoevaluación.

Al presentar sus demandas ante el gobierno federal, el SNTE y la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) coincidieron en ocho puntos de sus pliegos para modificar la reforma, sólo que Díaz de la Torre asegura que la diferencia es la estrategia de negociación. Señala que “la CNTE está secuestrada por un ala radical que quiere todo o nada, pero que además ha sido cíclica desde 1979”.

En entrevista con EL UNIVERSAL aborda el escenario nacional en el que se aplica la reforma y asegura que el sector educativo y el magisterio son muy atractivos para muchísimos actores políticos y evita ponerle nombres.

Acepta a hablar del apoyo de Andrés Manuel López Obrador, líder de Morena, a la Sección 22 de la CNTE y afirma que son muchos los actores que participan y dice: “¿Qué sucede cuando los partidos oficialmente, o los actores políticos partidistas ingresan a secuestrar la agenda educativa? Nunca ha traído buenos resultados”.

Ante los actos de vejación que se han cometido por parte de la CNTE a maestros en Chiapas y Oaxaca, Díaz de la Torre revela que en los últimos cinco años el SNTE se ha planteado en dos ocasiones la posibilidad de expulsar a algunos dirigentes “cuando han tomado una acción demasiado beligerante que lesiona al sistema educativo y al sindicato”.

Anticipa que ante la ausencia de los dirigentes por la aprehensión de Rubén Núñez y Francisco Villalobos, en el caso de la Sección 22 de Oaxaca, tiene las facultades de intervenir y se puedan realizar las actividades cotidianas administrativas entre el magisterio y el Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca (IEEPO).

Díaz de la Torre se presenta como el maestro rural que surgió de las clases más bajas, “no caí por la azotea aquí donde estoy en este cargo”.

Relanzar la reforma

¿Qué tan trascendente es el acuerdo para la reforma con el secretario de Educación, Aurelio Nuño Mayer?

—No es exagerado decir que es un re lanzamiento, particularmente en el tema de la evaluación, aun cuando nosotros lo veníamos expresando tanto en la mesa de negociación de salarios y prestaciones, como en entrevistas que hemos tenido con los consejeros del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE). Es un tema que nadie habla, ni el propio movimiento [disidente] cuando es central, estratégico, porque es ahí donde se generan los instrumentos y los mecanismos con los que se evalúan, por referirse a la examen.

A partir de la convocatoria que hicimos a nuestro secretariado nacional, debatimos y alcanzamos un acuerdo muy sólido de replantear muchas de las exigencias, aunque nosotros lo veníamos expresando en las mesas de trabajo que se recogen todos los días en las escuelas.

El problema de la implementación, como cualquier reforma, en cualquier espacio, es la parte más delicada y más difícil porque es en el terreno de los hechos donde se concretan las decisiones y ha habido una serie deficiencias, de insuficiencias, de problemas no resueltos que se generaron después de la conclusión de la primera etapa de la evaluación. Muchos de los compañeros que resultaron destacados no han recibido los estímulos. El compañero es emblemático porque fue voluntariamente a la reforma, salió destacado y quiere un estímulo y no se lo dan, cuando es por ley y le corresponde 35% de incremento a su sueldo base.

¿En qué consisten los acuerdos con la SEP?

—Modificar la sensibilidad, que el gobierno acepte y que el INEE sea copartícipe de esto para modificar los instrumentos con los que se evalúa a los maestros. En un periodo de 45 días deberá entregarse, informarse cómo quedó para poder ir a la convocatoria de la segunda etapa de los compañeros.

Segundo, que haya un proceso de acompañamiento en su desarrollo profesional, además de que para este año se consiguieron muchos más recursos que el anterior, es decir, la actualización para los compañeros se concretará conforme lo dice la ley. Los maestros que van a ser evaluados y los que no tengan buenos resultados deberán tener su tutoría, su asesoría, esos son puntos claves.

Tercero: modificar o incrementar en lo posible otras modalidades de la evaluación, que no sea sólo con un examen lo que evalúa el director o un equipo de docentes. En pocas palabras, diversificar. Cuarto: que creo fundamental, el que los resultados se comuniquen adecuadamente y, sobre todo, expresado desde nuestras exigencias, que se respete la dignidad y el valor profesional de los maestros. Es decir, no puede ser que a los maestros por estas consideraciones se les satanice, se les estigmatice, cuando los profesores están dando la pelea.

Modificar los instrumentos

¿Qué significa la modificación que se plantea?

La Secretaría de Educación Pública no tiene facultades para modificar la ley. La ley es para el gobierno, es para los maestros, es para el INEE y es para todos. En el marco de la ley vigente las modificaciones son posibles hacerlas, porque los instrumentos que se evalúan en esta primera etapa los diseñó el INEE con fundamento en la ley. ¿Qué es lo que estamos planteando y qué es lo que va a suceder en estas semanas? Modificar estos instrumentos para que consideren, entre otras cosas, lo que hemos venido diciendo.

Por ejemplo, hay 28 mil maestros indígenas bilingües en chontal, en Nayarit; huicholes en los seris, en Sonora. No se puede evaluar a un maestro con ese mismo instrumento como se evalúa a un profesor de la delegación Miguel Hidalgo o de la colonia Del Valle, en la Ciudad de México, esto es a lo que nos referimos cuando hablamos de contextualización, entender que hay muchas regiones del país diferentes unas a otras. La consejera presidenta del INEE [Silvia Schemelkes] decía que hay no menos de 300 categorías, no de conocimiento, sino de escenarios donde realizan su trabajo.

¿El acuerdo es entonces una reconsideración de la SEP?

—Creo que hubo sensibilidad del gobierno para entender que el proceso, hablo de la evaluación, si se guía de esta manera íbamos a ir acumulando más incidencias. Me parece que es un alto en el camino, que no se detiene, es al mismo tiempo decir: reflexionemos, transformar esto nos permite seguir avanzando.

No sólo está el punto de los instrumentos, también el de los estímulos producto de un segundo momento de la evaluación. Si estas dos cosas no se dan, si hay inconformidad porque no tienen el estímulo, no sólo el reconocimiento y el aprecio social sin estímulo económico, además sin acompañamiento, ¿qué sucede? Que el maestro se inconforma. Eso es lo que hemos percibido a lo largo y ancho del país.

Las inconformidades contra la reforma las vimos desde el inicio provenientes de la CNTE, pero la de maestros del SNTE sí llaman la atención…

—Lo venimos haciendo de manera permanente con la SEP en las diferentes mesas que tenemos, con el INEE. No aparecen porque no es desde la calle. Lo hemos hechos siempre desde la mesa, acordando, proponiendo, negociando. De ahí surgió el documento que el SNTE hace público para representar temas como lo ocurrido en Nuevo León, en donde no sólo fue la parte administrativa, sino que el estado se encuentra dentro de los más altos que se han ido profesionalizando y es un grupo muy grande, y a los que no se les quería pagar Carrera Magisterial. Después lo que vimos es que se vincula a otros temas de la agenda del país. La educación genera intereses y políticamente hay injerencias sobre los temas educativos.

¿Cuánto representó negociar ese reconocimiento en Carrera Magisterial, la aportación adicional de la SHCP?

—Aproximadamente 2 mil 450 millones de pesos para este año, porque es retroactivo al 1 de enero como ha sido todos los años. Es un beneficio que debió haberse pagado las quincenas anteriores y significa entonces que más de 700 mil maestros del país que están en ese programa de estímulos confirmen que efectivamente se les pagó.

Sobre la reforma educativa, ¿se plantea llevar modificaciones al Congreso de la Unión?

—No hay necesidad de llevarlo al Congreso, pero en todo caso, es una opinión personal desde el gremio.

¿Parece que en esta coyuntura coinciden SNTE y CNTE, por lo menos hay ocho puntos que así lo hacen ver en sus pliegos?

—¿Cuáles son las banderas [de la CNTE]? La abrogación o nada. Eso es todo. Cuando escucho que se pone [en Segob] la mesa social, ¿qué quiere decir eso de la mesa social? Los intereses de las asociaciones políticas y sociales que están vinculadas a este movimiento y que requieren recursos para subsistir; o la mesa política, pero en el tema educativo, los derechos de los maestros, la vigencia de sus derechos y la reivindicación de los que siguen o la propuesta educativa, no lo hay. Lo digo con claridad, ¿qué ha pasado en Oaxaca después de 30 años que decidieron ir en la estrategia de movilización, negociación, movilización. En su momento repliegue táctico y nos vemos el próximo año. Lo que ha pasado este año, ahí está la historia, es una copia fiel de lo que ha pasado desde hace 30 años. [La CNTE] llega al punto que encuentra de que hasta ahí va a llegar, se repliega y dice nos vemos el próximo año.

¿Cuáles han sido las consecuencias de esto?

—Si sumamos todos los días que en los últimos siete años han parado las escuelas de Oaxaca, equivale a un ciclo escolar. Para un estado como Oaxaca, con ese nivel de marginación y con esos indicadores educativos, es un crimen para esos niños. ¿Cuál es el destino de esos niños?

Ahora dijéramos, bueno, no han avanzado los niños en los indicadores educativos, pero los maestros de Oaxaca, a través de esa estrategia, han traído una serie de beneficios que están por encima del nivel del país, no es así, no han conseguido nada. En el mapa prestacional están por debajo. Qué nos dicen, han fluido allá millones y millones de recursos todos estos años y no han aterrizado ni en la mejora de la calidad de vida de los maestros, ni en las escuelas.

Entonces, no podemos coincidir en eso. El movimiento está secuestrado, por decirlo así, por un ala radical que quiere el todo o nada, pero también hay expresiones moderadas que buscan —según lo que se escucha en sus discursos, en sus planteamientos—, cuando señalan darle la vuelta para que la CNTE pueda ser un movimiento sindical que transite desde la legalidad a reivindicar sus demandas, pero el problema es que no sucede así.

“Puedo actuar contra la CNTE”

¿Qué le ha faltado al gobierno para poner orden?

—Creo que asumir esa parte de la sensibilidad, ser receptivo y entender, quizá, lo que significa este concepto que hoy está tan de moda en los países desarrollados: la gobernabilidad, la gobernanza, es decir, entender que para que los procesos salgan adelante se requiere la participación de los más posibles y yo creo que estos últimos meses han sido claves, ha habido sensibilidad.

¿Qué opina de la estrategia de los maestros de la CNTE?

—Yo les diría, primero, que soy respetuoso de sus planteamientos en tanto se hagan dentro de la ley y respetando a los maestros. El problema es que luego las expresiones que apelan a la legalidad en el movimiento, son barridas, simplemente no estás de acuerdo y hay violencia física inclusive, me parece que es grave, pero no soy yo quien le deba decir a la CNTE qué es lo que tiene que hacer, mi responsabilidad es dirigir al sindicato. Por ejemplo, ahora están detenidos, por otras causas, el dirigente de la Sección 22 [Rubén Núñez]. Yo tengo el derecho y la obligación estatutaria de nombrar un representante legal que tome las causas, las gestiones de los maestros ante el gobierno del estado. Estatutariamente tengo esa facultad.

¿Qué ha hecho al respecto?

—Mantenerme con prudencia en espera para que podamos decidir qué hacer, para que lo importante, no sobre los dirigentes sino de los miles de maestros oaxaqueños, que no pierdan gestiones que se tienen que hacer en el IEEPO y no he querido meterle más ruido. Podría hacerlo, pero me parece que mi posición debe ser con prudencia y tomar decisiones que tomaré pronto, porque tengo facultades para hacerlo, pero lo tengo que hacer.

¿Hoy le hace más daño la CNTE al SNTE como está configurada la relación sindical?

—Escuché que alguno de sus dirigentes expresaba que buscarían crear otro sindicato. Hay que recordar que nosotros durante los últimos cinco años hemos discutido, cuando menos en dos ocasiones, la posibilidad de expulsar a algunos de sus dirigentes cuando han tomado una acción demasiado beligerante que lesiona al sistema educativo y al sindicato. Hoy, ellos plantean que están en la posibilidad de hacer otro sindicato. Primero, se me hace francamente increíble que un movimiento como ese que se dice democrático, vaya a la Secretaría de Gobernación a plantear que les haga otro sindicato, cuando en la ley está establecido que basta que 20 personas, que 20 maestros decidan hacer otro sindicato. Lo que si debe tener en cuenta es que nosotros somos los representantes legales y legítimos que no nos autonombramos y que el gobierno tiene la obligación, por ley, de tener interlocución y negociación con el sindicato mayoritario que somos nosotros.

¿Le conviene a la CNTE formar un sindicato independiente?

—Les hemos enviado mensajes de que modifiquen sus actitudes. No de que dejen de inconformarse, eso no es una asunto que tengamos que definir nosotros, sino sobre sus métodos de lucha que fracturan, dividen al sindicato, lesionan la imagen de los maestros.

¿Habla de efervescencia política y actores interesados en la política?

—Sin duda.

Andrés Manuel López Obrador ha hecho público el apoyo a la Sección 22, ¿usted qué piensa de eso?

—Lo que pienso de él o de cualquier otro, es que en el magisterio, desde siempre, los maestros son actores sociales y tienen derechos políticos y han participado siempre en la vida política del país, siempre, eso no es una novedad. El problema es que nosotros, desde 1991, tomamos una decisión que sigue vigente y que implica mantener la unidad, el carácter nacional del sindicato. Dos: la autonomía del sindicato, de gobiernos y de partidos políticos. Y tres: la unidad de los trabajadores. ¿Qué sucede cuando los partidos políticos oficialmente, o los actores políticos partidistas ingresan a secuestrar la agenda educativa? Eso nunca ha traído buenos resultados y la misma CNTE ahí lo tiene acreditado. Nunca, en todos estos 30 años, ha estado vinculado oficialmente a ningún partido ni a ningún candidato, y eso les ha dado un valor que en ellos, asumo, es histórico.

¿Usted ve en la figura de Andrés Manuel esto que describe, de secuestrar la agenda educativa?

—La verdad yo también soy militante de un partido político, mi responsabilidad y mi compromiso es hablar de lo educativo, de lo sindical, de lo profesional y es todo. En su momento voy a hablar de lo político, porque también tengo derechos políticos y lo voy a hacer, pero creo que hacerlo en estos momentos es enrarecer algo cuando estoy ocupado en los temas de los maestros, en los temas de la sociedad, en los temas de la educación. Pero sin duda lo hablaré más adelante.

¿AMLO enrarece este escenario?

—Son muchos los actores que participan en esto, el sector educativo y el magisterio es muy atractivo para muchísimos. Afortunadamente hay una conciencia sindical muy fuerte en los trabajadores, hay respeto a las militancias, a las ideologías en el sindicato.

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