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Aun cuando las alianzas que amalgamaron al PRD y al PAN en los comicios del 5 de junio les dieron triunfos en Veracruz, Durango y Quintana Roo, la idea de que ambos partidos lleguen unidos a 2018 ha confrontado posiciones entre las corrientes internas del sol azteca.

Algunos ven una posible alianza si es que la izquierda no se unifica, pero otros se niegan a aceptar que el blanquiazul sea la única opción para ganar las presidenciales. No obstante, coinciden en la necesidad de coaligarse con otros partidos para lograr el cometido en 2018.

El coordinador de la corriente Nueva Izquierda, Jesús Ortega, resaltó que antes de pensar en 2018 el PRD deberá enfrentar la realidad que vive para reestructurar al interior, corregir fallas y superar deficiencias.

El dirigente de la corriente con mayor peso, prevé que su partido impulse una especie de frente progresista y social.

A pesar de que sostiene que cualquier previsión es apresurada, lo que garantiza es que no irán con el líder de Morena: “Es obvio que no vamos a ir con Andrés Manuel López Obrador, no por nosotros, sino por él”.

Para la cabeza del grupo Galileos, Guadalupe Acosta, es primordial conformar un frente amplio de oposición. “La lección del 5 de junio es que las alianzas son indispensables. Si la alianza con Morena no se concreta, no es porque en el PRD no haya la voluntad, sino porque cada vez que vamos con López Obrador la nariz está chata de tanto portazo”, expresó.

La corriente que definitivamente se niega a ir aliada al PAN es Izquierda Democrática Nacional (IDN), comandada por René Bejarano. Alejandro Sánchez, integrante de dicha tribu, sostuvo que se debe trabajar la alianza, pero con la izquierda.

Pablo Gómez, representante del PRD ante el INE, asegura que “la política correcta [en la izquierda] es edificar la unidad en lugar de profundizar la división con base en ataques”.

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