A riadna Montiel Reyes renunció a 26 años de militancia en el PRD y a pesar de haber ganado la elección federal de 2015 por mayoría, se declaró diputada federal “sin partido”, lo que provocó que no tuviera acceso a distintas prerrogativas legislativas ni económicas en San Lázaro.

En entrevista con EL UNIVERSAL, la legisladora electa por el Distrito Federal describe algunos de los obstáculos que ha enfrentado por no pertenecer a un partido político, por ejemplo: esperar entre cuatro y cinco semanas para presentar una iniciativa y leerla en tribuna “porque la prioridad en la Cámara de Diputados la tienen los partidos políticos”.

Aunque no le interesan y no las ha peleado, Montiel Reyes detalla que para ella no hay prerrogativas económicas, como las que sí se otorgan a los integrantes de las demás bancadas en el Congreso. Agrega que cuando hay comparecencias de funcionarios públicos sus representados se quedan con las ganas de fijar posición, porque no está contemplado en la ley que un legislador sin partido tome la palabra.

Montiel recuerda que se tardaron tres semanas en entregarle su oficina, e incluso se enteró por los medios de comunicación que se les otorgaron más de 100 mil pesos a los legisladores para remodelación de sus espacios, pero a ella le dijeron que no tiene ese derecho porque “no existe contablemente”.

Aunque tiene el estatus más bajo que puede tener un legislador, “diputada sin partido”, describe que compañeros de otras bancadas se han acercado a ella para que les cuente qué ganan y qué pierden si se declaran en ese mismo estado, y reconoce que siempre por lo primero que le preguntan es por el dinero.

“Si estás en un grupo parlamentario tienes recursos, si no, estás solo y tienes tu dieta y apoyo legislativo. Las prerrogativas que otorga el PRD son para sus diputados. El tema económico a muchos los detiene; los que me han preguntado cómo me va, casi siempre me cuestionan primero por la parte económica y luego ya por la parte legislativa”, comentó.

Reconoce que en el tema de las comisiones fue apoyada por el coordinador del PRI, César Camacho, y el vicecoordinador del PAN, Federico Döring, para que se quedara en las comisiones que pidió: Distrito Federal (secretaria), Educación y Derechos de la Niñez. En la parte presupuestal, pudo etiquetar 20 millones de pesos para el gobierno del Distrito Federal.

Explica que ella es una diputada “sin partido”, más no independiente, pues ellos llegan a los cargos sin la representación de un partido político. Recuerda que entró a la Cámara de Diputados sin firmar la adhesión al PRD y renunció al sol azteca una vez que tomó protesta.

“Fui perredista por 26 años. Renuncie a la militancia porque creo que el partido abandonó la lucha de izquierda. El PRD tendría que atajar la corrupción en las delegaciones del DF, declararme diputada sin partido me ha dado más tiempo para trabajar por la comunidad y sentirme libre. Se los recomendaría como medicina a varios”, comentó.

Afirma que muchos legisladores son rehenes de sus partidos políticos, pese a que muchos quisieran trabajar libremente, porque “los recursos económicos se convierten en vicio”.

Sus representados y los trabajadores de la Cámara, señala, la han felicitado ahora que no tiene partido y agrega que “ya no hay a quién echarle la culpa”, pues los ciudadanos le pedirán cuentas de manera directa.

Montiel hace un llamado a los demás diputados para que se homologuen los derechos de los legisladores y que, independientes o sin partido, tengan los mismos privilegios para agilizar el trabajo legislativo. Señala que la han buscado de otros grupos parlamentarios para unirla a sus filas, pero por el momento no le interesa.

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