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Mérida, Yuc.— En el marco de la visita de Estado que realizó a México, el presidente de Cuba, Raúl Castro Ruz, confirmó que el 24 de febrero de 2018, al concluir el periodo del mandato que ejerce, se retirará.

“No voy a llegar a tatarabuelo, ni a chozno, porque se van a aburrir los ciudadanos cubanos de mí. ​Que, por cierto, ya como dije en el último congreso de nuestro partido, y cuando tomé posición de mi primer mandato de cinco años, el 24 de febrero del 2018, concluyo y me retiraré”, puntualizó.

En el marco de la comida que ofreció en su honor el presidente Enrique Peña Nieto, el mandatario cubano aceptó que no es un hombre joven y entre los que lo rodeaban en la mesa, instalada en la Quinta Montes Molina de Paseo Montejo, debía tener el título de mayor ancianidad.

“Pero rejuvenecida constantemente, ya tengo 84 años; en junio cumpliré 85. ​Me mantengo fuerte, hago ejercicio todos los días, y nado, incluso, cuando el tiempo me lo permite trato de hacerlo, también, todos los días”, comentó Castro Ruz.

Hizo referencia al escolta que en todo momento cuidaba su espalda, y señaló que “este ayudante que estaba por aquí, el que me dio estas notas, esmi primer nieto. Tengo cuatro hijos, tres mujeres y un varón, ya adultos que tienen hijos.

“​Tengo nueve nietos, éste es el mayor, son cinco mujeres y cuatro hombres. Y ya éste, dos hijas, otra de siete años y otra de tres meses; luego soy un respetable bisabuelo”, agregó.

Comentó que en diciembre tendrá un bisnieto más. “No voy a llegar a tatarabuelo”, recalcó.

En su disertación, Castro Ruz recordó una serie de episodios previos a la partida del Granma a Cuba. Apuntó que un 24 de junio de hace 60 años vio por primera vez la tierra mexicana, pero no la piso, no obstante, señaló, la comenzó a amar.

Dijo que días después el comandante Fidel Castro lo había asignado a la embajada de México, acusado y perseguido por la policía de haber puesto una bomba en un cine llamado Tosca “que yo no sé todavía ni donde queda ese cine, creo que existe”.

Comentó que la persecución a la que fue sometido después que obtuvo la libertad por la presión popular ante el dictador Batista, quería legalizar su régimen golpista con un proceso de elecciones fraudulentas.

“Pero, inmediatamente empezaron a perseguirnos, por esa acusación que me hicieron, Fidel me dijo: Te llevaremos a la Embajada mexicana. Gilberto Bosques se llamaba el Embajador, una gran persona que ya jugó un papel similar, pero con cientos tal vez, miles de personas en Europa en la época del Fascismo, cuando se fue por allá, ocupaba un cargo diplomático.

“Y Fidel vino unos días después, era mediados de ese año, y ya en noviembre, creo que era un 24, también. Saliendo por el Puerto de Tuxpan, llegamos a nuestro país. ​La historia sigue y un poco larga, ya estoy hablando más que el Presidente Peña Nieto”, sonrió el mandatario.

“Tal vez tendré más tiempo de venir por acá, nuevamente, empezando por Mérida, sin que sea una visita oficial, en visita privada para saludar a mis primeros amigos mexicanos, que son los yucatecos”, comentó.

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