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El ex guerrillero extiende el brazo ante el pleno de la Cámara de Diputados y exclama: “¡Protesto!” Y así, 40 años después de que salió de prisión, Jesús Zambrano Grijalva queda investido como presidente de la Cámara Baja.

Tiene ante sí ocho grupos parlamentarios, y las curules de izquierda, centro y derecha muestran un notable intercalado de mujeres y hombres. Son 488 legisladores (de 500) que han votado su elección; uno de ellos es independiente, el primero en la historia reciente del Congreso, también del noroeste, Manuel Clouthier Carrillo.

El pleno y la mesa directiva de la Cámara de Diputados, enmarcada con las dos banderas nacionales monumentales, protagonizan la sesión constitutiva de la 63 Legislatura, y ello lo testifican cientos de hijos, esposos, nietos, madres, hermanos, amigos e invitados. Colman galería y palcos.

Ceremonia tersa, y mensaje breve y sobrio del perredista e impulsor del Pacto por México. Grandes cambios ocurrieron en las cuatro décadas que median entre la mano armada de Zambrano (llamado en la Liga Comunista 23 de septiembre como El Tragabalas), y la mano con la cual ha protestado “guardar y hacer guardar la Constitución y las leyes que de ella emanan”. Es el timonel de uno de los órganos del Estado. Jesús Reyes Heroles, secretario de Gobernación de José López Portillo, en 1977 diseñó y se hizo cargo de una reforma política que llevaría las distintas fuerzas políticas al Congreso, para dar cabida en el debate dentro de las instituciones a todas las formas de entender la realidad, y dar cauce a lo que entonces se expresaba con la furia de la guerrilla.

Para ese futuro que es hoy se construyó este Palacio Legislativo, abierto en 1981, y al año siguiente, ante la decisión unipersonal de José López Portillo de nacionalizar la banca, uno de los personajes del momento, Manuel J. Clouthier, quien escuchaba el decreto en la galería, con su rebeldía casi solitaria, empezaría a hacer historia.

Con la 53 Legislatura, tres años después, en 1985, llegaron muchos jóvenes diputados. La vida los trae de vuelta como integrantes de la 63 Legislatura, y su veteranía los lleva a la Mesa de Decanos, a cargo de los pasos legales que culminan con la rendición de protesta de Jesús Zambrano Grijalva.

En el pleno, de camiseta peñista, hay muchos, en especial David López Gutiérrez, Carolina Monroy del Mazo y César Camacho Quiroz, quien preside la Junta de Coordinación Política, la de los acuerdos esenciales, con más poder.

Marko Cortés, del PAN, entró con Ulises Ramírez y Gustavo Madero encontró a Carmen Salinas y la abrazó festivo.

El primero en abrazar al Tragabalas fue Agustín Basave, activo en pos de la presidencia del PRD. Y al final todos fueron al vestíbulo, la escalinata, los patios, y otros más a encontrar su oficina en este Palacio Legislativo en el que la historia ata cabos sueltos.

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