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El nuevo presidente del PRI, Man- lio Fabio Beltrones Rivera, mantiene un grupo de políticos cercanos en distintas esferas del gobierno federal, gubernaturas e incluso en las embajadas.

En la actualidad, su más cercano equipo de trabajo —su think tank— está conformado por quienes lo han acompañado de manera reciente en la Cámara de Diputados: los aún diputados, Marco Antonio Bernal —aspirante a la gubernatura de Tamaulipas—, Manuel Añorve Baños —ex candidato a gobernador en Guerrero— y Héctor Gutiérrez de la Garza, con licencia pero presencia en Nuevo León.

En el Senado, Beltrones Rivera cuenta también con la presencia de su yerno Pablo Escudero, quien llegó al escaño por la vía del PVEM.

El nuevo presidente del PRI ha contado también con los apoyos de gobernadores que él mismo ayudó para que llegaran a sus posiciones: José Calzada (Querétaro), Rubén Moreira (Coahuila); Carlos Lozano (Aguascalientes), Alejandro Moreno (gobernador electo de Campeche) y Claudia Pavlovich (gobernadora electa en Sonora).

En el servicio exterior también cuenta con Fernando Castro Trenti, quien es embajador en Argentina, que además fue senador con él y aspirante a la gubernatura de Baja California, la cual perdió ante el PAN.

El ex priísta Mario López Valdez, Malova, gobernador de Sinaloa, es un político cercano a Beltrones Rivera.

En su reciente visita a Sinaloa, el presidente del PRI expresó de manera pública que apenas concluya el periodo de López Valdez, lo invitará a comer. La invitación fue aceptada por el gobernador sinaloense.

Otros de sus allegados son el subsecretario de Enlace Político de la Secretaría de Gobernación, Felipe Solís Acero y el consejero electoral, Marco Antonio Baños.

Cuenta con el apoyo de los senadores que encabezan sectores dentro del partido: Cristina Díaz Salazar, Manuel Cota y Gerardo Sánchez.

Los brazos políticos de Beltrones Rivera también abarcan a María Esther Sherman, quien será diputada a partir del 1 de septiembre; Canek Vázquez, ex líder de los jóvenes del PRI, y Ángel Islava Tamayo, titular del Fideicomiso del Fondo Nacional de Habitaciones Populares, Fonhapo.

Reposicionar, el reto. A decir de politólogos, el sonorense llega al PRI para buscar reposicionar al partido para las elecciones de 2016 a 2018.

El politólogo del Tecnológico de Monterrey, Gustavo López Montiel, dijo que su arribo es un mensaje que debe leerse como una necesidad de unidad que se requiere para hacer frente a los procesos electorales que se vienen los próximos tres años.

Y si bien no se descarta que quiera volver a intentar ser candidato presidencial, comentó, tampoco es necesario que busque tal posición, pero sí influir de manera importante en la designación de candidatos.

Mano en la designación de candidatos. Víctor Alarcón, catedrático de la UNAM, comentó que la influencia de Manlio Fabio Beltrones será importante para la designación de candidatos para los procesos electorales que le tocarán, sobre todo, para 2018.

Manlio Fabio Beltrones Rivera se afilió al tricolor cuando apenas contaba con 16 años y su carrera política la inició en forma cuando se convirtió en secretario particular del desaparecido Fernando Gutiérrez Barrios.

Ha ocupado lugares en el Congreso como diputado y senador en más de una ocasión; presidente del PRI en Sonora; subsecretario de Gobernación y gobernador de Sonora.

Es un hombre de influencia importante en la política nacional, dentro y fuera de su partido.

Según priístas consultados, Beltrones Rivera construyó el camino para lograr que su designación recayera en él, para lo cual utilizó a su equipo más cercano y buscar, de manera silenciosa, el apoyo de la militancia priísta.

Es visto como aquél que logró la aprobación de las reformas estructurales que propuso el Ejecutivo federal.

Y si bien, en 2013 no logró ganar la gubernatura de Baja California con Fernando Castro Trenti, 2015 fue muy diferente, toda vez que logró acomodar a sus más cercanos y ganaron gubernaturas: Campeche y Sonora.

El operador. Manlio Fabio Beltrones es un operador político que buscará reposicionar a su partido para los próximos procesos electorales, consideró Gustavo López Montiel, politólogo del Tecnológico de Monterrey.

La llegada de Beltrones al PRI, comentó, es un reflejo de que fue la misma estructura del partido lo que obligó a modificar los criterios que el mismo Presidente (Enrique Peña Nieto) tenía sobre la designación del dirigente.

“Prefirió favorecer una candidatura que diera la idea de un sentido de unidad con miras a las elecciones de 2016 y 2017, pero fundamentalmente con vista a 2018, y en buena medida como parte de un momento distinto a lo que se vivió con el Pacto por México. Decidió favorecer la alianza”, manifestó.

Sin embargo, añadió, la alianza es a medias porque Carolina Monroy del Mazo, quien también fue electa como secretaria general del Partido Revolucionario Institucional, no es gente de Beltrones Rivera, sino allegada al Presidente de la República.

Lo que el sonorense tendrá, añadió, es la posibilidad de influir en los nombramientos de candidatos que se vienen para los próximos tres años.

“Bien puede él construir una candidatura presidencial para 2018, pero de no hacerlo, será un factor importante para que el PRI elija a su aspirante”, aseveró López Montiel.

Lecciones de historia. Víctor Alarcón, politólogo de la UNAM, describió a Beltrones Rivera como uno de los actores más importantes en la vida del PRI, alguien que ha generado contrapesos y que ha tenido acomodos en distintos equipos políticos.

Su designación como dirigente nacional del PRI, manifestó, puede resultar un apoyo para los últimos tres años de gobierno de Peña Nieto.

Si Manlio Fabio quiere construir su carrera hacia 2018, mencionó, es algo que deberá considerar seriamente, sobre todo, por la historia que ha vivido el partido con este tipo de temas.

Se refirió al caso de Roberto Madrazo Pintado, quien desde la dirigencia nacional del PRI se convirtió en candidato presidencial, pero contribuyó a una ruptura interna en el partido.

“El PRI ha tenido lecciones de historia interna para ver lo que puede ocurrir si la situación no se maneja con pulcritud”, consideró.

Coincidió en que el dirigente nacional priísta será un factor para decidir las candidaturas que se vienen para los próximos años, ello, con el consenso del partido.

En busca de acuerdos. El politólogo Edgar Ortiz Arellano consideró que la llegada Beltrones Rivera a la presidencia del PRI beneficiará al partido, porque se trata de un perfil representativo para el interior, con amplia experiencia y con una trayectoria de resultados en la mayoría de las veces.

“Creo que el PRI obtiene una buena dirigencia, sólida y, sobre todo, en un escenario electoral que se ve complicada para el partido”, comentó.

Ortiz Arellano apuntó que el sonorense bien puede lograr acuerdos dentro y fuera del partido para reposicionar al tricolor de cara a las elecciones de 2016.

“En las coyunturas que se avecinan”, comentó, “puede lograr acuerdos políticos, porque ya lo demostró en su labor como coordinador de la fracción parlamentaria en la Cámara de Diputados, es un hombre que sabe negociar con las fuerzas políticas”.

Consideró que Manlio Fabio Beltrones Rivera es capaz de construir una candidatura presidencial para 2018 desde las filas del partido, pero para ello falta tiempo. La sucesión presidencial dentro del PRI, no va a ser sencilla, expuso, porque obviamente van a surgir varios candidatos.

jram

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