Tras el divorcio de Guadalupe Acosta Naranjo de los Chuchos, hace unos días el diputado electo se encontró con el Chucho mayor, Jesús Ortega, y muy sonrientes posaron para la foto.

Sin embargo, el pleito en la familia de los Chuchos va más allá, pues ahora Acosta disputa a la corriente hegemónica en el PRD la coordinación parlamentaria en la Cámara de Diputados para la legislatura que arranca en septiembre próximo.

Aunque la  salida de Acosta de Nueva Izquierda es solo uno de los problemas de la crisis que enfrenta esa corriente perredista, y en general el partido.

El principal problema, nos dicen, es que en los Chuchos hay insatisfacción con el desempeño de Carlos Navarrete Ruiz al frente del PRD.

Nos aseguran que el actual presidente del partido también sabe que no ha hecho del todo bien las cosas, quizá por eso comenzó a contar entre el perredismo que quizá sea mejor que él deje la dirigencia del partido anticipadamente. Y ya está poniendo fecha: octubre de 2015, cuando su periodo termina en 2017.

‎Entre las corrientes comenzó a plantearse esa posibilidad. La idea es que si prospera, el próximo o la próxima persona que encabece el partido tenga los hilos bien agarrados para las elecciones del 2016, en la que una docena de gubernaturas estarán en disputa.

La otrora familia feliz de los Chuchos parece que atraviesa por una severa crisis. Aunque para la foto todo sea sonrisas.

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