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Washington.— El diario The Washington Post documentó ayer que, a pesar del rechazo y criminalización del magnate Donald Trump hacia los migrantes ilegales, un grupo de obreros sin papeles trabajan arduamente en su más ambicioso proyecto para reconvertir el vetusto edificio de correos en esta capital en un lujoso hotel de más de 270 habitaciones.

Una investigación del diario —que realizó entrevistas entre varios trabajadores que laboran en este proyecto de más de 200 millones de dólares a sólo unas calles de la Casa Blanca— reveló que aunque muchos de ellos tienen sus papeles en regla, algunos “reconocieron que permanecen en el país de forma ilegal”.

La información del diario obligó a la empresa de Trump a defenderse inmediatamente asegurando que, como parte de sus políticas, siempre se les exige a los contratistas que participan en todos sus proyectos que los trabajadores empleados se encuentren de forma legal en el país:

“Nuestros contratistas están obligados a requerir a los futuros empleados la documentación que establezca la identidad y la elegibilidad del empleo de acuerdo con las leyes de inmigración”, respondió la empresa al diario estadounidense para tratar de desmarcarse de un proceso de contratación que ha estado en manos de contratistas y subcontratistas.

No convence. Las explicaciones de la empresa de Donald Trump han resultado, sin embargo, insuficientes para un grupo de organizaciones defensoras de la causa migrante que ayer mismo reaccionaban ante la difusión de esta historia en las páginas de The Washington Post:

“Este es justo el tipo de hipocresía que hay que esperar de un nativista como Trump, quien se la pasa generando estereotipos negativos contra los migrantes, mientras éstos se rompen el lomo edificando sus hoteles de lujo”, consideró la organización America’s Voice.

Para la organización, este caso debería de servir para crear conciencia, ya que, mientras personajes como Donald Trump se benefician del “trabajo agotador de los trabajadores migrantes”, a muchos en este país se nos olvida que “gran parte de nuestra economía depende de los que hacen el trabajo más duro y con salarios bajos.

“Cada estadounidense que come está beneficiando del trabajo de un trabajador agrícola. Nuestros campos y huertos dependen de ellos. Y, la industria de la agricultura lo sabe”, señaló a manera de ejemplo.

La construcción del Hotel de Trump, en el edificio de correos, se ha visto acompañada con una campaña para que el cocinero español, José Andrés, cancele sus planes para inaugurar un restaurante dentro de las instalaciones del edificio en 2016, a través de la organización change.org.

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