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París.— La Bandera Nacional ondeó en Francia. Fue portada por 147 cadetes del Heroico Colegio Militar, la Escuela del Aire y de la Heroica Escuela Naval Militar, seguidos por policías federales.

Fueron los mexicanos quienes abrieron sobre el emblemático paseo de los Campos Elíseos, la parada militar con motivo del Día Nacional de Francia, que conmemora el inicio de la Revolución Francesa. Fueron los primeros latinoamericanos en hacerlo.

París está nublado, de vez en vez se asoma un sol implacable que ilumina el andar de los mexicanos. El presidente Enrique Peña Nieto, a la derecha del presidente François Hollande, aplaude orgulloso, entusiasmado... emocionado... agradece.

Uno a uno, la Bandera Nacional recorrió los mil 900 metros que separan al Arco del Triunfo de la Plaza de la Concordia, al pasar frente a los mandatarios y doblar a la izquierda seis cadetes levantan el brazo derecho y presumen las águilas que despliegan sus alas. Así inició la parada militar por el inicio de la Revolución Francesa.

Es temprano, la ciudad está en silencio, poco a poco comienzan a poblarse las tribunas. De repente llega un convoy de 23 automóviles, escoltados con motociclistas de la Gendarmería Nacional. Es la comitiva que acompaña al presidente Peña.

En seguida, uno a uno entran a la Plaza de la Concordia otros vehículos que llevan a diplomáticos y funcionarios. Ahí, en la tribuna colocada a la derecha del presidium, donde Hollande y Peña Nieto verían el desfile, están los hombres fuertes del Presidente.

El titular de la Secretaría de la Defensa Nacional, general Salvador Cienfuegos, conversa con el almirante secretario de Marina, Vidal Francisco Soberón, ambos visten de gala; se acerca el secretario de Hacienda, Luis Videgaray, hablan a lo lejos.

En esa tanda de invitados mexicanos sobresalen otros persoanjes: Aurelio Nuño y cerca el diputado Manlio Fabio Beltrones, quien fue invitado desde hace un mes por Los Pinos, pero que no figuraba en la agenda pública del Presidente. Sonríe.

Más allá se ve al gobernador de Chihuahua, César Duarte Jáquez, cerca el canciller José Antonio Meade, quien al igual que el embajador de México en Francia, Agustín García López, utilizan sus teléfonos móviles para tomar imágenes.

En ese momento, el presidente Hollande está al otro lado de los Campos Elíseos, coloca una ofrenda y monta guardia de honor en la Tumba del Soldado Desconocido, bajo la sombra del Arco del Triunfo. Sube a un vehículo descubierto y avanza solemne hacía la Plaza de la Concordia.

Tras el paso del contingente mexicano, el presidente Peña Nieto aplaudió con fuerza y estrechó la mano con el mandatario francés.
Más tarde, el presidente Peña Nieto fue a la Tumba del Soldado Desconocido. Rinde honores. Por la noche, la fiesta de coctel en la embajada de México en París, desde donde ven a la pirotecnia iluminar el cielo de la ciudad luz.

Ayer, la Torre Eiffel se pintó de azul, blanco y rojo... después de verde, blanco y rojo, los colores de la Bandera Nacional mexicana.

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