El fiscal general de Estados Unidos, Jeff Sessions, estaba ayer en la cuerda floja luego de que el presidente Donald Trump retomara la ofensiva en su contra tildándolo de “muy débil”, al tiempo que la Casa Blanca anunció que tomará una decisión “pronto”.

Sessions era uno de los seguidores más tempranos y leales a Trump, pero la arremetida del mandatario en los últimos días alimenta las versiones sobre el reemplazo del ex senador por Alabama.

El enojo del presidente contra él se debe a que Sessions se recusó de participar en la investigación federal para determinar si hubo colusión entre el equipo de campaña de Trump y Rusia para interferir en las elecciones presidenciales de 2016.

En los últimos días Trump lo ha criticado porque considera que no hizo suficientes esfuerzos en la búsqueda de filtraciones de inteligencia y por no ir tras la candidata presidencial demócrata Hillary Clinton por el uso de un servidor privado para enviar correos electrónicos mientras ella era secretaria de Estado.

“El fiscal general Jeff Sessions ha tomado una posición MUY débil en los crímenes de Hillary Clinton [dónde están los correos electrónicos y servidores] y las filtraciones!”, tuiteó el magnate ayer.

Más tarde, volvió a decir que estaba “decepcionado” de Sessions.

“No debería haberse recusado casi inmediatamente después de asumir el cargo y, si se iba a recusar, debería habérmelo dicho antes de asumir el cargo, y simplemente hubiera elegido a otro”, dijo Trump a periodistas.

“Vamos a ver qué pasa. El tiempo lo dirá”, agregó.

Al respecto, el nuevo director de comunicaciones, Anthony Scaramucci, aseguró: “Llegaremos pronto a una decisión”.

Según el diario The Washington Post, Trump busca deshacerse de Sessions como parte de una estrategia para despedir a Robert Mueller, el fiscal especial que encabeza las investigaciones del Rusiagate, y acabar con el caso. El fin de semana, Sessions dijo que no tiene intención de renunciar.

Ayer, la asesora del presidente, Kellyanne Conway, dijo que la recusación de Sessions había abierto la puerta a lo que Trump ve como una “cacería de brujas”, en referencia a las pesquisas por las presuntas injerencias rusas. Dentro de esas investigaciones Jared Kushner, yerno y principal asesor del presidente, compareció ayer a puerta cerrada ante un comité de la Cámara de Representantes, un día después de hacer lo propio ante el Senado.

Por su parte, el ex jefe de campaña Paul Manafort se reunió con miembros de ambos partidos de la comisión de inteligencia del Senado y “respondió exhaustivamente a sus preguntas”, dijo su vocero Jason Maloni.


Aprueban sanciones a Rusia. La Cámara de Representantes votó ayer por abrumadora mayoría aplicar nuevas sanciones a Rusia y la obligación del presidente de obtener el permiso de los legisladores antes de levantar castigos a Moscú.

Los congresistas respaldaron la medida, que impone también sanciones a Irán y Corea del Norte, pese a las objeciones del mandatario, que quería más control sobre su capacidad de imponer sanciones.

El presidente de la Cámara, Paul Ryan, calificó a la ley como “uno de los paquetes de sanciones más expansivo de la historia”.

La iniciativa debe ser aprobada por el Senado antes de que el presidente lo firme o lo vete.

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