Jared Kushner, como se esperaba, negó cualquier relación con Rusia y los intentos de influir en las elecciones de Estados Unidos. El yerno y asesor principal del presidente de EU, Donald Trump, se defendió de las acusaciones de negligencia o comportamiento inapropiado con sus contactos rusos durante la campaña y el periodo de traspaso de poderes.

“Déjenme ser claro: no cometí actos de colusión con Rusia, ni sé de nadie en la campaña que lo hiciera”, aseguró Kushner en una inusual declaración ante la prensa, en la que no aceptó preguntas. Con esa frase resumió lo que dijo durante casi dos horas a puerta cerrada ante el Comité de Inteligencia del Senado, que lo llamó para que aclarara todo el ruido alrededor de su figura y sus contactos seudosecretos con personas influyentes del Kremlin.

“No cometí ningún acto inapropiado”, afirmó Kushner, asegurando que fue “transparente” en todo lo que le pidieron tanto los investigadores del Congreso como el FBI.

Resumió en tres minutos 11 páginas y 3 mil 721 palabras de una declaración ante el Senado, que la prensa publicó a primera hora de la mañana, y en la que relataba con detalle sus contactos con figuras rusas en el último año.

En total, cuatro encuentros de los que minimizó su importancia, y con los que quiso demostrar que nunca tuvo una relación cercana con nadie de Moscú, ni recibió apoyo ruso en sus actividades empresariales. “Ninguno tuvo un impacto en las elecciones y ninguno fue particularmente memorable”, señaló.

Se esperaba más información del encuentro del 9 de junio de 2016 en la Torre Trump, una reunión organizada por el primogénito del presidente, Donald Jr., junto con una abogada con lazos con el Kremlin que había prometido información “sucia” contra la candidata demócrata en las elecciones, Hillary Clinton.

Kushner trató de desvincularse por completo, confesando que no leyó los correos electrónicos que pactaron la reunión y que huyó de la sala al ver que era “una pérdida de tiempo”.

Reconoció haber visto un par de veces al por entonces embajador ruso en Washington, Sergey Kislyak, negando que propusiera la creación de un “canal de comunicación secreto” como apareció en la prensa.

La otra reunión fue con Serguei Gorkov, un banquero “con línea directa” con el presidente Ruso, Vladimir Putin, con quien habló de forma genérica de las relaciones, nunca de acciones políticas ni negocios.

El último “posible contacto” con alguien ruso fue un correo electrónico de “Guccifer400”, quien trató de chantajearlo con publicar las declaraciones de impuesto de Trump si no pagaba “52 bitcoines”. Un “intento de extorsión” que Kushner ignoró siguiendo directrices del Servicio Secreto.

“No tengo nada que ocultar”, afirmó Kushner. Hoy sus explicaciones al Congreso continuarán con una sesión de preguntas, también a puerta cerrada, con el Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes.

En la comparecencia ante la prensa, Kushner aprovechó la ocasión para ser un portavoz de las teorías de su suegro sobre el Rusiagate, y criticó a quienes quieren mantener abierto el caso de la trama rusa para intentar deslegitimizar la actual administración.

“Donald Trump tenía un mejor mensaje e hizo una campaña más inteligente y eso es por qué ganó. Sugerir otra cosa ridiculiza a quienes votaron por él”, acusó.

También sobre el Rusiagate, el pre Trump cuestionó ayer en Twitter por qué los comités del Congreso y su fiscal general, Jeff Sessions, no investigan los lazos entre el gobierno ruso y Hillary Clinton.

Como es su costumbre, usó la red social para cargar contra la demócrata: “¿Por qué los comités y los investigadores, y por supuesto nuestro acosado fiscal general, no están investigando los deshonestos crímenes de Hillary y sus relaciones con Rusia?”, con el fin de desviar la atención sobre el caso.

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