La capital de Irán, Teherán, se vio sacudida ayer por dos atentados terroristas, uno en el Parlamento y el otro en el mausoleo del líder revolucionario Khomeini, con saldo de al menos 12 muertos y más de 40 heridos y que reivindicó la milicia sunita Estado Islámico (EI).

Los fallecidos serían vigilantes y civiles. Además murieron seis atacantes, dos de ellos se inmolaron y los otros fueron abatidos.

La agencia Amaq, que funciona como portavoz del EI, aseguró que miembros del grupo fueron los responsables de los ataques y que en el mausoleo se inmolaron dos suicidas, informó SITE, un grupo especializado en el monitoreo de la propaganda yihadista.

En cambio, el Ministerio del Interior indicó que cuatro hombres ingresaron al Parlamento disfrazados de mujeres. Después de un ataque de varias horas en el que tomaron a algunos rehenes, tres fueron abatidos por las Guardias Revolucionarias y un cuarto se inmoló. En el mausoleo, situado varios kilómetros al sur de la capital, hubo un atacante suicida, mientras que otro fue reducido a tiros.

La agencia Amaq publicó un breve video en internet como prueba de que el EI está detrás del ataque. En él afirma que recibió imágenes de uno de los atacantes del Parlamento. El video muestra una oficina con un hombre en el suelo que ha recibido disparos. Otro hombre, supuestamente el atacante, grita: “¿Creen que nos vamos a ir?”, mientras otro añade: “¡Nos quedaremos hasta el Juicio Final!”. Después se oyen más disparos y el video termina tras poco más de 20 segundos.

Tras los atentados de Bagdad, Kabul y Londres, el doble ataque de ayer en Teherán es el cuarto que se adjudicó el EI desde el comienzo de Ramadán, el mes sagrado de ayuno musulmán, en teoría una época de paz. Además sería el primer atentado perpetrado por la milicia yihadista en Irán. Ya en marzo el EI había hecho llamamientos a atacar el país.

Por la noche, en una primera reacción oficial, el presidente iraní, Ha-
ssan Rouhani, instó a la “unidad y a la cooperación regional e internacional” contra el terrorismo, en un comunicado publicado en la página web de la presidencia. Según el dirigente, “los que quieren el mal para el Irán islámico (...) reclutaron elementos reaccionarios y takfiris [como se llama en Irán a los grupos yihadistas], para intentar esconder sus fracasos regionales y hacer olvidar el descontento dentro de su propia sociedad”.

Rouhani no aludió directamente a Arabia Saudita y Estados Unidos, como sí lo hicieron las Guardias Revolucionarias, el ejército de élite iraní, que denunció la “implicación” de estos dos países en los atentados. “Para la opinión pública mundial, especialmente en Irán, es muy significativo el hecho de que este acto terrorista fue perpetrado poco después de la reunión del presidente de Estados Unidos con los líderes de uno de los Estados regionales reaccionarios [Arabia Saudita] que siempre ha apoyado... a los terroristas”, dijeron en una declaración, de acuerdo con la agencia noticiosa FARS.

Para la milicia sunita del EI, Irán, de mayoría chiíta, es un gran enemigo. Irán apoya a milicias que combaten tanto en Siria como en Irak contra el EI. Además, Teherán es uno de los mayores aliados del presidente sirio, Bashar al-Assad.

Hasta ahora, Irán se veía como una especie de oasis a salvo del terrorismo imperante en la región. El presidente Hassan Rouhani subrayó una y otra vez antes de su reelección el mes pasado que Irán era el lugar más seguro en Medio Oriente.

El guía supremo iraní, Ali Khamenei, aseguró que estos ataques “no tendrán ningún efecto en la determinación del pueblo iraní”, durante una recepción de estudiantes en Teherán, según su página oficial.

Desde Washington, el presidente Donald Trump dijo en un breve comunicado que reza por las “víctimas inocentes” de los ataques, pero comentó que “los Estados que apoyan al terrorismo se arriesgan a convertirse en víctimas del mal que promueven”. Otros líderes internacionales condenaron los atentados.

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