El presidente de Brasil, Michel Temer, calificó de “ficción” la acusación por corrupción pasiva presentada en su contra por el fiscal general, mientras el ex mandatario Luiz Inácio Lula da Silva sugirió que se celebren elecciones anticipadas.

Arropado por ministros y parlamentarios, Temer volvió a aferrarse al poder y aseguró que tiene una “preocupación mínima” con la denuncia, la cual consideró “una pieza de ficción” sin “fundamentos jurídicos”. Exigió “pruebas concretas” al fiscal general, a quien, irónicamente, acusó de “reinventar el código penal para incluir una nueva categoría, como la denuncia por hilación, que supone un precedente peligrosísimo en el derecho”.

Afirmó que los ejecutivos de JBS, que lo acusaron de corrupción en un acuerdo de delación compensada con la justicia, sólo lo hicieron para escapar de la cárcel por sus delitos. “Fui acusado de corrupción pasiva sin haber recibido un centavo (...) Nunca vi ese dinero y no participé de acuerdos para cometer actos ilícitos”, declaró.

En respuesta, la Fiscalía brasileña rebatió a Temer, al aseverar que “nadie está por encima de la ley o fuera de su alcance”. La denuncia, presentada por el fiscal general, Rodrigo Janot, “es pública y está basada en hartos elementos de prueba (...) que no dejan duda sobre la materialidad y autoría del delito de corrupción pasiva”, afirmó.

En tanto, el Luiz Inácio Lula da Silva defendió la salida anticipada de Temer. En una entrevista a la radio Itatiaia, el ex mandatario sugirió la celebración de elecciones directas antes de 2018, para cuando están previstas, a fin de “escoger un nuevo presidente de la República”, aunque precisó que todo dependerá de la presión popular.

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