El FBI está investigando como atentado terrorista el apuñalamiento de un policía en el aeropuerto de Flint, Michigan. El agente, teniente Jeff Neville del cuerpo local del municipio de Bishop, está en condición estable tras recibir una serie de cuchilladas en el cuello. Fue sometido a algunas cirugías y no se teme por su vida.

El agresor fue identificado como Amor Fatouhi, canadiense de 50 años. Tal y como se recoge en la declaración policial, antes de atacar gritó: “Alá es grande”, y acuchilló en el cuello al oficial. Tras eso siguió gritando “Alá” y “algo como ‘han matado a gente en Siria, en Irak y Afganistán, así que ahora morirán’”, según el reporte.

Un testigo explicó a medios locales que vio cómo Neville estaba de rodillas sangrando por el cuello. El atacante fue retenido rápidamente y puesto a disposición policial sin que causara más daños. La terminal del aeropuerto fue cerrada durante horas, retrasando y cancelando decenas de vuelos por precaución. Rápidamente se determinó que había sido un “incidente aislado” y que no había más amenaza en la zona.

De confirmarse la inspiración terrorista, sería el primer ataque de esas características desde hace poco más de un año, cuando 49 personas murieron en el tiroteo más importante de la historia del país en una discoteca gay de Orlando, Florida.

El suceso ocurrió una semana después del ataque a un grupo de congresistas que conmocionó al país, y que dejó herido de gravedad al número tres del Partido Republicano en la Cámara de Representantes, Steve Scalise. Ayer, el hospital en el que está internado se anunció que el paciente está mostrando signos de mejora e incluso empezó tareas de rehabilitación tras numerosas intervenciones quirúrgicas por recibir un disparo en la cadera.

El FBI encargado de ese caso también actualizó los descubrimientos de la investigación. De acuerdo con lo que explicaron, el atacante tenía en un local más de 200 rondas de munición. Asimismo, había intentado visitar al senador independiente Bernie Sanders, de quien era fiel seguidor.

Las pesquisas apuntan que en el día del ataque disparó 60 tiros, 50 de ellos desde un rifle SKS de calibre 7.62 mm. También iba armado con un revólver calibre 9 milímetros y en el bolsillo llevaba una lista de seis congresistas republicanos del sector más conservador, aunque se descartó que fueran objetivos concretos. Se confirmó además que actuó solo y no formaba parte de ninguna banda o grupo armado.

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