La primera ministra de Reino Unido, Theresa May, quedó ayer cerca de un acuerdo con el Partido Democrático Unionista (DUP, por sus siglas en inglés) para salvar su mandato, pero enfrenta un tira y afloje sobre su estrategia para el Brexit a días de embarcarse en la negociación formal para la salida de la Unión Europea.

Tras perder su mayoría parlamentaria en una apuesta a unas elecciones adelantadas que salió mal, May está tan debilitada que su estrategia para el Brexit se ha convertido en tema de debate público dentro de su propio partido, con pedidos para que adopte una postura favorable al mundo empresarial.

Buscando evitar una segunda elección que podría profundizar la peor tormenta política en Reino Unido desde el referéndum de hace un año que decidió la salida de la UE, May quedó más cerca de cerrar un acuerdo para obtener el apoyo del DUP, un pequeño partido protestante de Irlanda del Norte.

May se reunió con la líder del DUP, Arlene Foster —cuyo euroescéptico partido norirlandés cuenta con 10 escaños parlamentarios—, durante más de una hora en Downing Street.

“Las negociaciones van bien con el gobierno”, dijo Foster. “Esperamos ser capaces pronto de llevar esta labor a un final exitoso”, agregó.

May, quien antes del referéndum de junio apoyaba la permanencia de Reino Unido en la UE, ha prometido comenzar las negociaciones por el Brexit la semana próxima, pero quienes se oponen a su postura de un divorcio profundo piensan que su debilidad es una oportunidad para dar marcha atrás con esa estrategia.

Antes de la elección del jueves último May proponía un corte total con la UE, lo que implicaba salir del mercado único europeo, limitar la inmigración y alcanzar un acuerdo aduanero a medida. El ministro del Brexit, David Davis, ha insistido en que la postura sobre la salida de la UE no ha cambiado, pero en una reunión con legisladores el lunes May reconoció que se necesita construir un consenso más amplio para el Brexit.

Menos de una semana antes del inicio de las conversaciones por el Brexit, May enfrenta pedidos contradictorios dentro de su propio partido, e incluso una propuesta para que grupos empresariales y legisladores de todos los partidos acuerden una posición nacional sobre las negociaciones más complejas para Reino Unido desde la Segunda Guerra Mundial.

En este contexto, la primera ministra aseguró ayer que las negociaciones sobre el Brexit iniciarán la próxima semana, como estaba previsto.

“Quiero que comiencen la semana que viene [las conversaciones]. Encontraremos un acuerdo que sea del interés del Reino Unido, pero también de los otros 27 países miembros de la UE”, dijo May en París después de entrevistarse en el Palacio del Elíseo con el presidente de Francia, Emmanuel Macron.

Macron y May asistieron anoche al partido amistoso entre las selecciones de futbol de Francia e Inglaterra en el estadio de Saint Denis, donde se rindió homenaje a las víctimas de los atentados yihadistas en Manchester, que causaron 22 muertos el 22 de mayo, y de Londres, con ocho fallecidos el 3 de junio pasado.

En una rueda de prensa conjunta en París, el presidente francés repitió la postura oficial de la Unión Europea y demandó que las negaciones formales sobre el Brexit comiencen “lo más rápidamente posible”, pero añadió que “la puerta está siempre abierta” para que el Reino Unido se quede en el club europeo. May dijo que la decisión de su país de salir de la UE está “tomada”.

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