El Rusiagate sigue apretando poco a poco el círculo más íntimo del presidente Donald Trump. Gota a gota, como una tortura malaya, los nombres de la gente cercana al magnate aparecen en la lista de investigados en el caso y ayer fue el turno de su abogado personal, Michael Cohen.

Él mismo confirmó que los comités del Congreso le pidieron toda documentación que tenga sobre la posible relación entre Trump y Rusia, la misma petición en forma y contenido que ya se le mandó a otras personas de interés del círculo cercano al presidente.

“No acepté la invitación a participar, ya que la solicitud estaba mal formulada, era demasiado amplia y no se puede responder”, dijo Cohen a varios medios del país.

“No hay ni un testigo, documento o evidencia que me relacionen con esta falsa conspiración rusa”, añadió. A la lista de asociados a Trump que van a ser investigados también se incorporó Boris Epshteyn, personaje ruso-estadounidense dedicado a asesorar a republicanos y que ejerció como director de Comunicación del equipo de transición presidencial.

Cohen es quizá, a excepción de sus familiares directos, la persona más próxima al presidente, a quien ha asesorado durante años.

En el mismo tema, según Associated Press, el ex asesor en seguridad nacional Michael Flynn habría recapacitado en su decisión de no colaborar con la investigación de la trama rusa y estaría dispuesto a entregar “algunos documentos” al comité de Inteligencia del Senado, quien le solicitó toda la información de sus contactos con Rusia.

Quien no consigue deshacerse de la presión es el yerno del presidente y asesor principal, Jared Kushner. Tras las revelaciones de que ocultó encuentros con altas figuras rusas y su deseo de crear un canal de comunicación privado con el Kremlin, el diario The New York Times amplió esa teoría exponiendo las dudas que genera el encuentro con un banquero ruso de una entidad financiera sancionada por Estados Unidos y acusado de ser un espía de Putin.

La presión sobre Kushner no cesa y se sabe que en el círculo más cercano al presidente considera otorgar al yerno una baja indefinida para alejarlo del foco mediático.

Por otra parte, y en una información con pocos detalles y sobre la que el espionaje de EU advierte que “podría ser exagerada o inventada”, la CNN aseguró que varios funcionarios estadounidenses interceptaron comunicaciones de la inteligencia rusa en las que dicen tener información “humillante” sobre las finanzas del magnate y algunos de sus principales asesores, y que gracias a ella podrían “influir” en la administración Trump.

“Es una nueva ronda de declaraciones falsas y sin verificar hechas por fuentes anónimas para difamar al presidente”, dijo la Casa Blanca.

En este marco, el presidente, quien critica la información que no cita a la fuente, retuiteó una noticia de FOX que desmiente las acusaciones contra su yerno con una “fuente anónima”.

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