El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, hizo ayer un llamado a a israelíes y palestinos a tomar “decisiones difíciles” que se imponen para alcanzar la paz, antes de dejar Jerusalén sin haber precisado públicamente cómo oficiará para obtener lo que denomina el acuerdo “último”.

Tras sus entrevistas, el lunes con el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu en Jerusalén, y ayer con el presidente palestino Mahmud Abbas en Belén, Trump afirmó que “está personalmente decidido a ayudar a alcanzar un acuerdo”, y destacó que ambos antagonistas quieren la paz.

“Sin embargo, hacer la paz no será fácil, lo sabemos todos. Las dos partes deberán tomar decisiones difíciles”, dijo.

Trump evitó mencionar una solución “a dos Estados”, lo que implica la creación de un Estado palestino independiente del israelí.

Esta solución sigue siendo la referencia para gran parte de la comunidad internacional. Pero el propio Trump alarmó a los palestinos en febrero al tomar distancias respecto a la misma.

Trump sólo mencionó el conflicto israelo-palestino en términos generales, declarando querer hacer “todo lo posible para ayudar a israelíes y palestinos a hacer la paz que les es equiva desde hace casi 70 años”.

Sin embargo, en su discurso optimista, el magnate aseguró que un acuerdo entre israelíes y palestinos allanaría el camino para la paz en toda la región, aunque no aclaró cuál sería su propuesta para resolver el conflicto en Medio Oriente.

“Los lazos del pueblo judío con la Tierra Santa son antiguos y eternos”, señaló, y añadió que quedó impresionado por el hecho de que todo tipo de peregrinos puedan practicar su religión en Jerusalén.

Así, el presidente estadounidense no trató públicamente cuestiones concretas como la colonización, las fronteras o el estatuto de Jerusalén. Tampoco mencionó su promesa de trasladar la embajada de su país ante Israel de Tel Aviv a Jerusalén, asunto demasiado sensible para palestinos y árabes.

Durante el encuentro en Belén, Abbas expresó nuevamente a viva voz el sueño palestino de un Estado independiente, “con las fronteras de 1967, un Estado palestino con Jerusalén este en tanto capital, viviendo junto al Estado de Israel en seguridad y paz”.

El mandatario palestino dijo sentirse esperanzado por los esfuerzos que está realizando Trump, aunque aclaró ante la prensa que el conflicto entre palestinos e iseralíes no es religioso.

“Nuestro problema fundamental tiene que ver con la ocupación y los asentamientos, y la negativa de Israel a reconocer el Estado de Palestina”, explicó el presidente palestino, quien fue recibido a principios de mes por Trump en la Casa Blanca.

Abbas también exhortó al gobierno de Israel a atender las demandas de unos mil palestinos encarcelados que desde hace más de un mes realizan una huelga de hambre para reclamar mejores condiciones de detención.

Trump partió la tarde de ayer hacia Roma, donde hoy se reunirá con el papa Francisco en el Vaticano.

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