José Manuel Vidal es director de Religión Digital, una de las publicaciones religiosas de referencia en el mundo hispanohablante. Buen conocedor del funcionamiento de la Curia romana y del papado de Francisco, a cuya línea religiosa se acerca, Vidal recibe en Madrid a EL UNIVERSAL para analizar el “insólito” movimiento de Donald Trump: visitar en un mismo viaje Israel, el Vaticano y Arabia Saudita.

¿Qué cabe esperar del encuentro entre Trump y el Papa?

—Que el presidente de la primera potencia quiera hablarte, y que dos líderes se conozcan personalmente mejora el trato. Pero el movimiento de Trump es sibilino, porque en un mismo viaje visitará a representantes de las tres grandes religiones: cristianismo, judaísmo e islam. Es una forma de decirle al papa Francisco que lo respeta, pero que no es único.

¿Trump utilizará el encuentro para su provecho?

—No será un viaje protocolario. Se nota por el momento elegido. A inicios de mayo, Trump aprobó un decreto sobre “libertad religiosa” que fortalece al lobby evangélico-protestante; al mismo tiempo, desactiva el Obamacare, y con eso favorece económicamente a los hospitales católicos en Estados Unidos. Trump tiene ciertas intenciones con el viaje, pero no sé si las conseguirá.

Él es un estratega y quiere salir de la gira como el gran amigo de las tres religiones, como el único hombre capaz de que se pongan de acuerdo en un tema como el terrorismo, del que él busca ser adalid. Y sabe que la foto junto al Papa es una buena publicidad.

¿Cómo se desarrollará la entrevista?

—Será propia de Star Wars: el encuentro de la luz y las tinieblas. El Papa es un adulto sabio que se las verá con un niño irascible y maleducado. No se sabe cómo puede reaccionar Trump. El Papa tendrá que hacer llegar su mensaje, pero atento a las reacciones de Trump.

¿Se tratarán temas polémicos, o se aparcarán por prudencia?

—Trump es la encarnación de lo que el Papa llama “el capitalismo salvaje”, y no dejará escapar la oportunidad de plantearle la necesidad de redistribuir la riqueza, cuidar el medioambiente, respetar a los inmigrantes y los refugiados. Trump también es un representante de la oligarquía armamentística, y el Papa le expondrá que es necesario terminar con “la guerra mundial a pedazos” que Francisco siente que vivimos hoy.

¿Habrá acercamientos concretos?

—Éste es un Papa muy político. Intentará salvar la “solución de los dos Estados” en Palestina. Y no hay que olvidar que Francisco lleva personalmente el dicasterio [los departamentos vaticanos equivalentes a un ministerio] de inmigración: ése problema es santo y seña de su papado, y él va a exigir soluciones. En EU se oponen una Iglesia provida, ultraconservadora, y otra más progresista, la que está impulsando templos santuario para proteger a los inmigrantes. El Papa intentará que esa Iglesia más abierta salga favorecida del encuentro.

¿Quién es el estratega de este encuentro entre ambos?

—Es iniciativa de EU. Quien más trabaja por acercar la Casa Blanca al Vaticano es el cardenal Timothy Dolan, de Nueva York. Es un hombre muy conservador que apoya a Trump.

¿En lugar de acercarse, podrían polarizarse las posturas?

—No es de esperar. El Papa sabe que Trump está cambiando porque no puede imponer su programa. También, que Trump no renunciará a sus grandes discursos; pero el Papa es flexible e intentará centrarse en logros concretos. Por ejemplo, sabe que no va convencerlo contra [construir] el muro, pero sí puede reducir el impacto de ese eventual muro.

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