El gobierno del presidente Donald Trump dijo ayer a los legisladores que aplicará presión económica y diplomática sobre Corea del Norte para que desmantele su programa de armas nucleares, en una extraordinaria sesión informativa de la Casa Blanca que sirvió para calmar discursos sobre acción militar contra un impredecible y cada vez más peligroso adversario estadounidense.

El mandatario recibió a senadores republicanos y demócratas antes de que su secretario de Estado, Rex Tillerson; su secretario de Defensa, Jim Mattis; el jefe del Estado Mayor, Joseph Dunford y el director de inteligencia nacional, Dan Coats, condujeran una sesión informativa clasificada.

El mismo equipo se reunió también con miembros de la Cámara de Representantes en el Capitolio para mostrar las crecientes capacidades nucleares de Corea del Norte y delinear las opciones de respuesta de Estados Unidos a lo que ellos llamaron una “urgente amenaza de seguridad nacional”.

“Estados Unidos busca estabilidad y una desnuclearización pacífica de la península de Corea. Permanecemos abiertos a negociar para alcanzar ese objetivo”, señalaron Tillerson y Mattis en un comunicado conjunto. “Pero seguimos preparados para defender a nuestro país y a nuestros aliados”, agregaron, tras señalar que Norcorea es “una prioridad máxima de la política externa”.

Después de semanas de amenazas militares, el comunicado conjunto señaló que la estrategia de Trump “tiene como fin presionar a Corea del Norte para que desmantele sus programas nuclear, de misiles balísticos y de proliferación de armas a través de sanciones económicas más estrictas y de la búsqueda de medidas diplomáticas con nuestros aliados y asociados regionales”. No menciona específicamente opciones militares, aunque el documento indicó que EU se defenderá y defenderá a sus amigos.

La reunión reflejó la creciente alarma estadounidense por el avance norcoreano en el desarrollo de un misil con ojiva nuclear que pudiera atacar el territorio continental de EU. Una elevada actividad militar de parte de Corea del Norte y Estados Unidos, y de sus asociados en y alrededor de la Península Coreana, se ha sumado al sentido de alerta mundial.

Varios senadores cuestionaron la cita. “No he escuchado nada nuevo en esta sesión de lo que no estuviera ya al tanto a través de los periódicos”, dijo el demócrata Chris Van Hollen a la televisora CNN. Un senador republicano, que habló bajo condición de anonimato con el diario The Washington Post, aseguró que varios de sus colegas preguntaron a la Casa Blanca cuál era ahora su política hacia Corea del Norte, y recibieron “muy, muy pocos detalles” al respecto.

“Mi conclusión es que quizá querían prepararnos a todos para el hecho de que esto [la tensión con Corea del Norte] puede escalar rápidamente", opinó ese senador.

Aunque las tensiones se han incrementado desde que Trump llegó a la presidencia, éstas se han intensificado en semanas recientes tras insinuaciones de agencias de inteligencia estadounidenses y de otras naciones de que Corea del Norte estaba preparando un ensayo nuclear. Aunque tal explosión no ha ocurrido todavía, Trump ha enviado a la región un portaaviones y otras embarcaciones militares como demostración de fuerza, mientras que Corea del Norte realizó a inicios de esta semana ejercicios de artillería a gran escala.

Una fuente gubernamental dijo a la agencia AFP que EU no descarta reincorporar a Corea del Norte en la lista de países que “patrocinan el terrorismo”, de la que salió en 2008.

El miércoles, Corea del Sur comenzó a instalar partes cruciales de un sistema estadounidenses antimisiles que además han suscitado preocupaciones a China y Rusia. Ayer mismo, el canciller chino Wang Yi, exigió el fin de las maniobras militares de EU y Corea del Sur, así como del programa armamentístico nuclear de Corea del Norte, para calmar los ánimos en la península. “El peligro de que estallen nuevos conflictos en cualquier momento es grande”, dijo, y pidió evitar “nuevas provocaciones”. Agencias

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