La oposición venezolana anunció ayer que mantendrá su protesta en las calles, con una sesión especial del Parlamento —donde tiene mayoría— y una visita a las cárceles de los “presos políticos” para exigir su libertad.

Julio Borges, presidente del Legislativo, informó que la sesión de hoy se realizará en un complejo deportivo del este de Caracas para aprobar un “manifiesto por el rescate de la democracia”.

Además, el viernes, los parlamentarios de la coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) irán a todas las cárceles donde haya “presos políticos” para exigir su libertad, “especialmente Ramo Verde”, donde el dirigente Leopoldo López cumple una condena de casi 14 años.

Borges advirtió que el gobierno del presidente Nicolás Maduro “no va a frenar al pueblo venezolano” y condenó la represión y el uso de gases tóxicos por parte de las autoridades contra los manifestantes.

Ayer, Venezuela vivió otro día de protestas de la oposición que terminó en enfrentamientos con la policía. Las marchas pretenden llegar al centro de Caracas, bastión del chavismo y donde están los poderes del Estado, y son bloqueadas por las fuerzas de seguridad, que arrojan gases y los manifestantes responden con piedras.

El alcalde del municipio caraqueño de Chacao, Ramón Muchacho, denunció en Twitter que un manifestante de 20 años ingresó “sin signos vitales” a un hospital de la zona. El deceso fue confirmado por una fuente del Ministerio Público.

Más temprano, en un comunicado, la fiscalía informó que un hombre de 22 años murió la noche del martes tras ser herido de bala el lunes en una protesta en Valencia (centro-norte).

Así, suman ya 32 las personas fallecidas a consecuencia de las protestas registradas en dos semanas en todo el país. Según un balance presentado por la fiscal general, Luisa Ortega Díaz, más de 400 personas han sido heridas y más de un millar detenidas.

Por su parte, miles de chavistas, muchos de ellos estudiantes adolescentes y universitarios, marcharon por el centro de la capital y responsabilizaron a los opositores de la violencia y el vandalismo.

La movilización culminó en el palacio presidencial de Miraflores, en el centro de Caracas, con el anuncio del presidente venezolano, Nicolás Maduro, de aprobar un plan para desmovilizar bandas violentas.

Las protestas de la oposición, que exigen elecciones y respeto a la autonomía del Parlamento, iniciaron el 1 de abril luego de que el máximo tribunal se adjudicó las funciones del Legislativo. El gobierno acusa a la oposición de promover “actos terroristas” y buscar un golpe de Estado.

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