El presidente sirio Bashar al-Assad acusó a los países occidentales de haber montado el presunto ataque químico de Jan Sheijun, que tensó las relaciones entre Estados Unidos y Rusia y que Washington calificó ayer de “crimen de guerra”.

En una entrevista exclusiva concedida a la AFP en Damasco, Al-Assad afirmó que su ejército no tuvo nada que ver con el ataque, que según el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH), mató a 87 civiles en esa ciudad rebelde del noroeste de Siria el 4 de abril. “Para nosotros, es un invento al 100%”, dijo en sus primeras declaraciones desde este ataque que provocó una ola de indignación en el mundo.

“Nuestra impresión es que Occidente, principalmente Estados Unidos [...] es cómplice de los terroristas y montó toda esta historia para que sirviera de pretexto al ataque” estadounidense del 7 de abril contra una base aérea del régimen sirio, agregó Al-Assad. La entrevista desató polémica e incluso Christiane Amanpour, de la cadena CNN, optó por no difundirla, subrayando que se dio en condiciones “draconianas”, con Al-Assad decidiendo qué preguntas contestaba y cuáles no, todo a su modo.

El presunto ataque químico provocó una brusca subida de tensión en torno al conflicto sirio. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ordenó el bombardeo de la base de Al Shayrat, primera intervención de su país contra el régimen desde que estalló la guerra en 2011. “Nuestra potencia de fuego, nuestra capacidad de atacar a los terroristas no resultó afectada por este bombardeo”, afirmó Al-Assad a la AFP.

Para el gobierno estadounidense, “no cabe duda” de que Damasco es responsable del presunto ataque químico. Trump incluso considera “posible” que Rusia, principal aliada de Al-Assad, estuviera al corriente. En la entrevista con la AFP, el jefe de Estado sirio aseguró que el régimen ya no posee armas químicas. “Hace varios años, en 2013, renunciamos a todo nuestro arsenal [...] E incluso si tuviéramos dichas armas, nunca las habríamos usado”.

En Washington, el portavoz del Departamento de Estado, Mark Toner, afirmó que Al-Assado sólo “intenta lanzar informaciones falsas”. “Hay pocas dudas sobre el hecho de que los últimos ataques con armas químicas en [la provincia] de Idlib han sido [obra del] gobierno sirio”, insistió. “No se trata solamente de una violación de las leyes de la guerra sino, pensamos, de un crimen de guerra”.

Ayer mismo, el ejército estadounidense informó que la coalición que encabeza EU realizó el martes pasado un ataque aéreo mal direccionado en el que murieron al menos 18 combatientes de las Fuerzas Democráticas Sirias, un grupo de combatientes aliados. Según el Pentágono, el error fue por un fallo en las coordenadas del objetivo a atacar.

No es la primera vez que la coalición militar internacional causa víctimas civiles con sus bombardeos que, en un principio, deberían centrarse en el combate contra el Estado Islámico (EI). Según Airwars, un grupo independiente que contabiliza y monitorea las acciones de los bombardeos contra el EI, al menos 447 civiles murieron en Siria e Irak sólo en el mes de marzo debido a bombas de Estados Unidos. Si se suman las lanzadas por ejércitos de la coalición liderada por Washington, las víctimas superan el millar.

Por su parte, el régimen sirio acusó a EU y la coalición de haber bombardeado un almacén de sustancias tóxicas del EI en el pueblo de Hatala, con saldo de cientos de muertos. La coalición lo desmintió.

Con información de Víctor Sancho

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