Nicaragua aceptó volver a concederle facilidades militares a Rusia, por lo que en las próximas semanas acogerá a una compañía rusa por el desembarco de un centenar de soldados paracaidistas y una decena de aeronaves de combate, en una maniobra castrense conjunta ruso—nicaragüense que coincide con el acelerado incremento de las tensiones globales entre Moscú y Washington por la crisis en Siria.

El acuerdo entre los ejércitos de Rusia y Nicaragua, del que se desconocen los detalles, fue adoptado en una visita de emisarios rusos a suelo nicaragüense que concluyó el pasado sábado y sus primeros elementos esenciales trascendieron ayer en los medios de comunicación de ambos países.

De acuerdo con un comunicado emitido el 3 de abril pasado por el Ministerio de Defensa de Rusia, se había anunciado que “durante la visita de seis días”, los expertos militares rusos harían “varias consultas con sus pares de Nicaragua” sobre la participación de fuerzas aerotransportadas rusas en un “ejercicio conjunto táctico ruso-nicaragüense” con tropas de ese país centroamericano y en suelo de Nicaragua.

“Los representantes de las fuerzas armadas de Rusia y Nicaragua acuerdan los plazos de la realización del ejercicio, la composición de las unidades y los asuntos de apoyo multilateral”, puntualizó el documento, del cual EL UNIVERSAL tiene copia. El escueto boletín evitó revelar la fecha de los ejercicios, sin embargo, puntualizó que la visita fue de una “delegación de las tropas aerotransportadas rusas”. Hasta el momento, el gobierno nicaragüense no se había pronunciado sobre esas operaciones.

La consolidación de los nexos castrenses entre ambas naciones se produjo en momentos de tensión internacional por los bombardeos de Estados Unidos en Siria, un estrecho aliado de Rusia.

La reafirmación de los vínculos militares Managua—Moscú se registró luego de que el almirante estadounidense Kurt W. Tidd, jefe del Comando Sur del Ejército de Estados Unidos, advirtió el pasado jueves en un informe ante el Comité de Servicios Armados del Senado de su país que “los rusos están llevando adelante una actitud inquietante, como lo es proveer de tanques de combate a Nicaragua, lo que impacta en la estabilidad de la región”. El comando, acantonado en Florida, es responsable de parte de las operaciones militares de Estados Unidos en el hemisferio occidental.

Como parte de una presencia militar de Rusia en Nicaragua, que se reactivó con fuerza desde 2009, Moscú empezó en agosto pasado a enviar una dotación de 50 tanques de guerra. En los últimos años los rusos han tenido los puertos nicaragüenses a su disposición para operaciones de reabastecimiento de sus embarcaciones.

Pese a que en un inicio Rusia confirmó que los tanques fueron vendidos a Nicaragua en 80 millones de dólares, el ejército aclaró el año anterior que son donados.

El presidente nicaragüense, Daniel Ortega —quien gobernó de 1979 a 1990, reasumió en 2007 y de manera consecutiva en 2012— reactivó el nexo castrense con Moscú en 2009, lo que recordó la fuerte presencia militar de la ahora desintegrada Unión Soviética en Nicaragua en la década de 1980, al final de las pugnas de comunismo contra anticomunismo de la Guerra Fría y para incomodidad de Estados Unidos.

Ortega ha alegado que las compras a Moscú de aviones, vehículos blindados y demás pertrechos son para modernizar equipos. En América Latina y el Caribe, Rusia también tiene fuertes relaciones militares con Cuba y Venezuela.

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