El portal WikiLeaks aseguró ayer que obtuvo una amplia porción del arsenal de ciberespionaje de la CIA y empezó la primera parte del denominado “Vault 7”, una serie de publicaciones en la red de archivos que contienen las armas cibernéticas del servicio de inteligencia estadounidense.

Según WikiLeaks, se trata de la mayor filtración de documentos de la historia, y de mayor calibre que las realizadas anteriormente por Chelsea Manning (documentos diplomáticos) o Edward Snowden (espionaje electrónico masivo), “excepcional desde una perspectiva legal, política y forense”.

“[La CIA] recientemente perdió el control de la mayoría de su arsenal de hacking, incluyendo software, virus maliciosos, troyanos, sistemas de control remoto y documentación asociada”, aseguró la plataforma en un comunicado.

Ni el gobierno de EU, el Pentágono o la CIA hicieron comentarios ni confirmaron la autenticidad de los documentos y programas, pero varios expertos consultados por medios estadounidenses confían en la credibilidad de la filtración.

Los casi 9 mil documentos publicados ayer describen el código desarrollado por la CIA para robar información a través de dispositivos móviles como teléfonos celulares como iPhones o aquellos que funcionan con sistema operativo Android, así como televisores inteligentes de la marca Samsung.

Algunos fueron desarrollados en colaboración con otros países, como el Reino Unido.

Según explica el portal, los archivos son capaces de burlar el sistema de encriptación de los programas de mensajería más populares —WhatsApp, Telegram, Signal— sin ser detectados, lo que permitía conocer muchos mensajes y comunicaciones personales.

Según el portal, el consulado de la ciudad alemana de Frankfurt era la base de operaciones de los agentes para atacar dispositivos de Europa, Oriente Medio y África, que se complementaba con el trabajo de la base central de la CIA, en Virginia.

La revelación es una prueba de fuego para el presidente Donald Trump, enemistado con sus agencias de inteligencia y espionaje y quien en más de una ocasión alabó el trabajo de WikiLeaks —“los amo”, llegó a decir el pasado octubre, en plena campaña electoral—.

La noticia coincide, además, con un momento en el que el ciberespionaje está en primera línea de fuego en EU, con acusaciones a Rusia por haber atacado sistemas informáticos para interferir en las elecciones presidenciales. Además, el pasado fin de semana el presidente Trump denunció una trama de espionaje en su contra que, dijo, orquestó el ex presidente Barack Obama, sin aportar pruebas.

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