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La actual relación entre los medios de comunicación estadounidenses y el presidente Donald Trump es complicada porque se basa en la desconfianza entre las dos partes. Así lo considera el representante del Partido Republicano en México, Larry Rubin.

Las complicaciones, señaló, comenzaron desde que Trump era candidato y grandes medios de comunicación en la Unión Americana expresaron su apoyo total a la demócrata Hillary Clinton.

En entrevista con EL UNIVERSAL, Rubin manifestó que al presidente de Estados Unidos no le gustan las noticias en su contra sobretodo cuando no tienen sustento.  Mucha información es falsa, destacó, producto de filtraciones que no solamente dañan al gobierno, también a la sociedad. Por ello, subrayó, es que Trump recurre a difundir su información a través del Twitter. Sin embargo, consideró, ambas partes deben encontrar un arreglo por simple conveniencia.

P: ¿Cómo describe la relación del presidente Donald Trump con los medios de comunicación?

R: Es una relación que desde el principio no marchó muy bien porque existió desconfianza por ambos lados. Por parte del presidente Trump desconfianza porque los medios, la mayoría de ellos, habían pronosticado que él iba a perder, lo cual no fue el caso y fue constante la estadística que decía que él no iba a ganar. Para él, empezó a generar muchísima desconfianza el hecho de que muchos medios -él sentía- no lo estaban cubriendo cómo deberían de cubrir.

Desde ese momento Trump decidió no trabajar con ellos como otros presidentes y comenzó a darle mucha más fuerza a su cuenta de Twitter para poder él comunicar lo que él quiere con la ciudadanía en vez de que fuera filtrado por los medios. Él tiene una impresión no muy favorable de la mayoría de los medios y siente que se equivocan constantemente en cómo reportan las cosas y que mucho de ello tiene tintes políticos. Desde ese punto de vista él ha querido comunicar directo.

La Casa Blanca no ha vetado medios, simplemente hubo una conferencia a la que no los dejaron entrar pero ellos siguen yendo a La Casa Blanca, siguen siendo aceptados, Trump los seguirá viendo en las giras y demás eventos.

P: ¿Los medios no querían que Donald Trump ganara?

R: Yo creo que sí era un hecho porque muchos de los medios, a diferencia de aquí en México, pueden inclinarse [por alguien] y lo dicen públicamente. La mayoría de los medios lo dijeron: 'nosotros vamos a apoyar a la candidata Hillary Clinton'. Fueron pocos los medios que endosaron -como lo llaman en Estados Unidos- a Trump. Creo que eso crea una situación difícil para los medios porque si públicamente no endosaron, como organización, qué relación se va a tener con el que ganó si no lo endosaron.

P: ¿No hay borrón y cuenta nueva?

R: Eso se trató de hacer, pero Trump volvió a sentir que los medios de comunicación lo estaban tratando injustamente. Él fue a varios medios, ya como presidente electo, a sus oficinas a hablar con ellos y sintió que eso había arreglado el problema y posteriormente, por diversos artículos, él volvió a sentir que había una injusticia por la información que estaban sacando los medios.

P: No le gusta las notas en su contra. ¿Son falsas?

R: Hay los dos [elementos]: a Trump no le gustan las noticias desfavorables pero siento que sí ha habido y ha sido comprobado, información falsa que genera y provoca angustia y otro tipo de sentimientos inclusive en la relación bilateral. No se hace trabajo exhaustivo de checar fuentes.
Por eso él ha sido muy activo en tener su propia fuente de comunicación que se llama Twitter, es su contacto con el ciudadano y con el mundo porque ahí no pueden tergiversar lo que dice porque ahí está plasmado.

P: Utilizar Twitter como medio oficial de difusión puede resultar confuso.

R: Twitter tiene sus limitaciones, en 140 caracteres no puedes explicar el contexto de algo. Limita mucho la forma de comunicarse.
Creo que las ruedas de prensa que hace la Casa Blanca constantemente, permiten a los periodistas acreditados decir sus puntos de vista. Trump ha estado ahí.

Definitivamente es una relación que tanto para los medios como para Trump es importante arreglar porque los medios van a seguir teniendo sus lectores que son norteamericanos y con los que tienen credibilidad y Trump también, con sus electores y las personas que lo siguen. Nadie gana si los dos se sienten desacreditados.
P: Las notas que no favorecen al presidente son por filtraciones que salen de la Casa Blanca.

R: Creo que los primeros días de la administración Trump fueron de poner orden, hizo muchos cambios. Las filtraciones definitivamente han sido un problema muy grave, pero también entendiendo que el gobierno es un organismo enorme en donde hay muchos intereses y pensares. No te deshaces de todos los demócratas o de todos los republicanos, siempre va a haber gente que no esté de acuerdo, algunos se extralimitan y pasan información errónea o falsa o confidencial a los medios, tratando de generar confusión.

P: ¿Se pone en riesgo la libertad de expresión?

R: Definitivamente no se coarta la libertad de expresión pero se busca aterrizar que de verdad sea libertad de expresión y que sea información correcta porque el público no se merece información falsa, no se merece mentiras. La información errónea llega a generar muchas dudas. Se puede perjudicar no solamente a la administración sino a la población.

P: ¿Los medios son injustos con Trump?

R: No, yo creo que los medios, como la humanidad, tienen diferentes tintes, al fin de cuentas los medios son personas. Las personas tenemos intereses diferentes, tenemos pensamientos diferentes y los medios están formados por personas. Los medios tienen que hacer trabajo adicional para asegurarse que su trabajo sea lo más objetivo.

P: ¿Puede haber buen futuro inmediato entre los medios y Trump?

R: Creo que sí, creo que es un periodo de ajuste. Va a llegar un punto en el que se van a poder arreglar por el bien de todos. A los medios no les conviene estar en desacuerdo con el presidente de Estados Unidos -no me refiero a descuerdo en la ideología, sino a que mandatario  se siente atacado-, porque ya no va a querer hablar con ellos. A Trump le conviene tener unos medios que él sienta que lo cubren bien y a los medios les conviene que él se sienta cómodo con ellos.

Deberá llegar un periodo de ajuste en que las dos partes se sientan cómodas: cuando haya logros, temas propositivos para el mundo, para la relación México-Estados Unidos.

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