Los dueños de Quasimodo, un cachorro de Pastor Alemán que nació con una malformación, lo abandonaron como si de un producto defectuoso se tratara.

Descartado por su familia y rechazado por otras más, el pequeño terminó en la calle, sobreviviendo con las sobras de la comida que encontraba a su paso. Fueron cuatro años de indiferencia y desamor.

Pero la vida de este perro dio un giro cuando se cruzó con uno de los miembros de Secondhand Hounds ("Perros de segunda mano"), una organización que se encarga de recibir animales con enfermedades raras o necesidades especiales.

"Quasimodo tiene el síndrome de la columna rota que implica la falta de un par de vértebras, por lo que prácticamente no tiene cuello. Sin embargo, su cabeza y el resto de su cuerpo son de tamaño normal", explican sus rescatistas. En la actualidad, sólo se conocen trece casos de animales con la misma enfermedad en todo el mundo.

A través de diversos estudios, los especialistas determinaron que, más allá de su apariencia física, el perro no siente dolor, y se mueve y corre como cualquier otro de su especie.

"Puede que no sea tan bonito como otros perros, pero su corazón y alma brillan y lo hacen una de las criaturas más bellas", expresó Sara Anderson, coordinadora de la organización que le salvó la vida.

Las repercusiones del caso fueron abrumadoras: más de 300 mil seguidores en Facebook y decenas de personas dispuestas a adoptarlo.

Pero Quasimodo todavía no está listo para un hogar definitivo. Después de una operación y en pleno proceso de recuperación, hoy se encuentra con una familia de tránsito con la que está aprendiendo a confiar nuevamente en sí mismo y en los humanos.

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