El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, enfrenta hoy uno de los momentos clave de sus primeros 100 días en la Casa Blanca.

La Cámara Baja vota su propuesta para eliminar y reemplazar la reforma de salud de su precedesor, Barack Obama, conocida como Obamacare.

Hasta ayer, el mandatario no había logrado convencer a los grupos republicanos opositores a su plan, pese a los esfuerzos de su gobierno por captar votos suficientes para evitar una derrota del proyecto de ley.

La Casa Blanca, a través de su portavoz, Sean Spicer, subrayó que no hay un “plan B” y que “es tiempo de actuar” con un voto a favor del plan impulsado por Trump y los líderes republicanos del Congreso.

Si al menos 22 republicanos votan en contra asestarán al presidente su primera gran derrota legislativa. Hasta ayer, la cifra de detractores oscilaba entre 20 y 26, según cálculos de medios y fuentes legislativas.

Los legisladores republicanos de ultraderecha del Freedom Caucus consideran insuficientes los cambios que propone la nueva ley, mientras que los más moderados también se oponen porque temen que millones de estadounidenses queden sin cobertura sanitaria.

“Gran día para el cuidado de salud. ¡Trabajando duro!”, comentó Trump a primera hora desde su cuenta personal de Twitter.

El presidente se reunió durante la mañana con un grupo de congresistas, en su mayoría opuestos al proyecto de ley y algunos del Freedom Caucus, para tratar de convencerlos de que voten a favor.

A diferencia del martes, cuando expresó su confianza en que el proyecto tenía los suficientes votos para ser aprobado, ayer el magnate se mostró más cauto y, al ser preguntado por los periodistas sobre qué hará si la Cámara Baja rechaza su propuesta, respondió: “Veremos qué pasa”.

Sin embargo, tras las reuniones en la Casa Blanca, los miembros del Freedom Caucus se mantuvieron firmes en su rechazo a la propuesta.

“La oposición es todavía fuerte”, comentó a los periodistas el jefe del grupo ultraconservador, el legislador Mark Meadows, al anticipar que el gobierno no tiene los apoyos suficientes para sacar adelante su proyecto.

El vicepresidente Mike Pence también se reunió ayer con el liderazgo del Freedom Caucus, mientras que el presidente de la Cámara de Representantes y uno de los mayores defensores del proyecto de ley, Paul Ryan, continuaba presionando para intentar unir al partido en torno a la propuesta.

En una entrevista radiofónica, Ryan se declaró optimista y elogió el compromiso de Trump y Pence para que el proyecto salga adelante. Sin embargo, el resultado final dependerá de unos pocos y Ryan, quien se juega su credibilidad, podría decidir aplazar la votación si prevé un fracaso.

La eliminación del Obamacare fue una de las promesas principales de la campaña de Trump y algo que los republicanos llevan años queriendo hacer, aunque no han logrado ponerse de acuerdo en cómo ni en cuál es la mejor alternativa a la ley de Obama.

Ayer, durante una reunión a puerta cerrada en el Congreso, Trump advirtió de las consecuencias de no cumplir esa promesa, entre ellas la pérdida de votos y escaños republicanos en las elecciones legislativas de 2018, y el peligro añadido de que se esfumen las mayorías que ahora tienen los conservadores en ambas cámaras.

El mandatario también dio a entender que será implacable con los legisladores que lo desafíen.

Por su parte, los líderes demócratas del Congreso, acompañados por el ex vicepresidente Joseph Biden, denunciaron en el Capitolio el daño que hará a millones de estadounidenses la derogación del Obamacare. El proyecto “no se va a aprobar”, pronosticó Biden.

La votación en la Cámara de Representantes coincidirá con el séptimo aniversario de la promulgación de la iniciativa de Obama.

Los dirigentes republicanos de la Cámara Baja han introducido en los últimos días algunas enmiendas a la propuesta para tratar de convencer a los grupos opositores.

Si esa cámara le da finalmente el visto bueno, la propuesta legislativa bautizada popularmente como Trumpcare pasará a manos del Senado, donde la mayoría de los republicanos es más estrecha y se prevé que encuentre nuevas dificultades.

Después de que la justicia suspendiera las dos versiones de su decreto migratorio, el presidente estadounidense necesita, tras dos meses en el cargo, mostrar resultados concretos.

Google News

Noticias según tus intereses