La revelación del Departamento del Tesoro de Estados Unidos de que el vicepresidente ejecutivo de Venezuela, Tareck El Aissami, conspiró con cártel mexicano de Los Zetas para traficar cocaína, reconfirmó los lazos de esa y de otras organizaciones criminales de México, como las narcomafias de Sinaloa y de los Beltrán Leyva, con el poder político y militar del chavismo venezolano y con la guerrilla colombiana de las FARC desde hace más de 10 años, según documentos del gobierno estadounidense.

El Tesoro designó el pasado lunes a El Aissami como narcotraficante y lo introdujo, en compañía de su principal socio, el empresario venezolano Samark José López Bello, en una lista negra que incluye sanciones como el congelamiento de sus propiedades en EU y la prohibición para que cualquier ciudadano o compañía estadounidense haga negocios con ambos o con sus firmas.

Tras describir los vínculos del vicepresidente con el contrabando internacional de cocaína, el Tesoro, sin entrar en mayores detalles, aseguró en el informe en el que anunció la decisión de señalarlo como narcotraficante especialmente designado, que El Aissami “también está vinculado a la coordinación de envíos de drogas a Los Zetas, un violento cartel de drogas mexicano”.

El vicepresidente —quien asumió ese puesto el 4 de enero pasado— y López —identificado por EU como soporte empresarial de El Aissami— refutaron ayer los cargos en su contra y alegaron que las acusaciones tienen motivación política para hostigar a la revolución instalada en 1999 por el presidente Hugo Chávez, fallecido en 2013.

Al recordar que El Aissami, una de las máximas figuras del chavismo, fue gobernador del estado de Aragua de 2012 a 2017 y ministro del Interior de 2008 a 2012, el Tesoro recalcó que “él facilitó envíos de narcóticos desde Venezuela, incluyendo el control de los aviones que salieron desde una base aérea venezolana así como el control de las rutas de drogas a través de los puertos en Venezuela”.

En otra revelación, y sin precisar si esos hechos fueron parte de la relación con Los Zetas, el Tesoro puntualizó que el ahora vicepresidente “en sus posiciones previas [en el chavismo], supervisó o adquirió parcialmente envíos de embarcaciones con narcóticos de más de mil kilogramos desde Venezuela en múltiples ocasiones, incluyendo aquellos con los destinos finales de México y Estados Unidos”.

Bienes y cinco empresas de López en Miami, Florida, fueron bloqueados por el Tesoro. López aportó asistencia material, apoyo financiero, bienes o servicios de respaldo al narcotráfico, con una red de blanqueo de dinero que se ramificó a otras ocho compañías en Venezuela, Reino Unido, Panamá e Islas Vírgenes Británicas, algunas con contratos con el gobierno venezolano, precisó la investigación.

Otros nexos. La relación de El Aissami y Los Zetas develada por el Tesoro tiene otros antecedentes.

En agosto de 2013, el venezolano Vassyly Kotosky Villarroel Ramírez, ex capitán de la Guardia Nacional de Venezuela, fue designado por el Tesoro como narcotraficante extranjero importante por el contrabando de drogas a México desde su país y Colombia.

Según el Tesoro, mientras Villarroel sirvió como capitán se convirtió en “un buen ejemplo del narcotraficante que explotó su antigua posición militar y sus conexiones para facilitar el transporte de la cocaína a México” hacia los cárteles de Sinaloa, Los Zetas y Beltrán Leyva, “y beneficiarse de las ventas que siguieron”.

Los envíos de cocaína de Villarroel beneficiaron a esos tres cárteles, recalcó el Tesoro en documentos de los que EL UNIVERSAL tiene copia. El ex capitán hizo arreglos para transportar cocaína hacia el norte del continente americano y trasladar las ganancias en dólares al sur y utilizó aeropuertos, puertos y vehículos oficiales del gobierno de Venezuela, de acuerdo con el recuento de hechos del Tesoro.

Entre enero de 2004 y diciembre de 2009, Villarroel y sus socios “importaron miles de kilogramos de cocaína de Colombia a través de Venezuela [para enviar] a México” y luego distribuir en EU y “lavaron” dinero en el mercado venezolano desde 2008, recalcó.

La red. Otro narcotraficante ligado a los cárteles de Los Zetas y Sinaloa y a Venezuela es el colombiano José Evaristo Linares Castillo, a quien el Tesoro colocó en febrero de 2012 como narcotraficante especialmente designado e insertó en la lista negra.

Linares operó en el narcotráfico mediante una asociación con las guerrilleras Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), designadas en 2003 por EU como una organización narcotraficante e incluida en la ahora voluminosa lista. Por el proceso de paz en marcha en Colombia, las FARC prometieron romper relaciones con la narcoactividad, estableció el reporte.

Linares, encarcelado su país en 2012, encabezó una organización de narcotráfico en una zona colombiana que supervisó la fabricación y el contrabando aéreo de “miles de kilogramos de cocaína” de esa región y Venezuela hacia Centroamérica y México rumbo a EU, aseguró.

La investigación sobre Linares describió que “en Centroamérica, las organizaciones criminales hondureñas y guatemaltecas manejan la logística de recibir y transportar las cargas de drogas hacia México para su distribución” a los cárteles de Los Zetas y de Sinaloa.

Un socio crucial de Linares fue el colombiano Daniel Barrera Barrera, uno de los mayores narcotraficantes de Colombia, añadió el informe. Aliado a Barrera, Linares se convirtió “en una de los más grandes fuentes de cocaína” para los aviones que despegan con droga del estado venezolano de Apure, fronterizo con Colombia, agregó.

Barrera también aparece en el registro de El Aissami. De acuerdo con ese documento, el ahora vicepresidente, aparte de coordinar los envíos de droga para Los Zetas, estuvo “brindando protección” a Barrera, descrito por el Tesoro como un “señor de la droga” e incluido en la lista negra en 2010, mientras que Los Zetas entraron en 2009.

Google News

TEMAS RELACIONADOS

Noticias según tus intereses