La CIDH urgió hoy a Estados Unidos a dejar sin efecto sus órdenes ejecutivas sobre migración, al considerar que son discriminatorias y agravan la “grave crisis humanitaria” de migrantes, refugiados y solicitantes de asilo.

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDHD) expresó asimismo su “suma preocupación” por la construcción inmediata de un muro fronterizo físico a lo largo de la frontera de Estados Unidos con México y las medidas de contención migratoria a través de más agentes migratorios.

“Las medidas previstas en estas órdenes ejecutivas conllevan un alto grado de discriminación de las comunidades migrantes y grupos minoritarios, en particular las personas latinas y musulmanas o quienes sean percibidas como tales”, subrayó.

La reacción de la CIDH -que depende de la Organización de Estados Americanos (OEA)-, se refiere a las órdenes ejecutivas sobre “Mejoras a la Seguridad Fronteriza e Inmigración” y “Fortalecimiento de la Seguridad Pública en el Interior de Estados Unidos”, anunciadas por el presidente Donald Trump el 25 de enero pasado.

Asimismo incluye la orden ejecutiva sobre “Proteger a la nación de la entrada de terroristas extranjeros en Estados Unidos”, del 27 de enero de 2017.

“La Comisión insta a Estados Unidos a dejar sin efectos las tres órdenes ejecutivas y a garantizar que cualquier medida oficial (...) sea acorde con sus obligaciones internacionales en materia de derechos humanos y del derecho internacional de los refugiados”, señaló.

La CIDH expuso en especial su preocupación por el cierre de la frontera a solicitantes de asilo, la expansión de un sistema de encarcelamiento masivo a partir de la creación de más centros de detención migratoria a lo largo de la frontera, el énfasis en procedimientos de deportación expedita.

De la misma forma, cuestiona la cancelación de fondos federales a las llamadas “ciudades santuario”.

Finalmente considera inapropiada la suspensión del Programa de Reasentamiento de Refugiados, la prohibición indefinida para el ingreso de refugiados sirios, y la prohibición de ingreso temporal a Estados Unidos a nacionales de siete países de mayoría musulmana.

En el caso del muro fronterizo, la CIDH hizo notar que la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) estimó que al menos 436 inmigrantes murieron a lo largo de la frontera entre Estados Unidos y México en 2016.

“La construcción de partes adicionales de un muro fronterizo y el aumento de la militarización de la frontera pondrán en mayor riesgo las vidas de migrantes y refugiados”, lamentó.

La CIDH señaló que los migrantes se verán forzados a buscar rutas más peligrosas para ingresar a Estados Unidos.

Asimismo lamentó que la ausencia de canales legales para migrar también empujará a las personas a recurrir a traficantes de migrantes, poniendo en grave peligro su vida e integridad personal.

Sostuvo que le preocupa el “grave riesgo” en el que estas órdenes dejan a los niños y niñas no acompañadas, familias y mujeres que puedan ser devueltos a los países de los cuales huyeron, donde su vida e integridad estaban amenazadas.

La Comisión recordó a Estados Unidos que la detención migratoria debe ser una medida excepcional, de último recurso y siempre por el menor tiempo posible, una vez realizada una evaluación individual y a la consideración de medidas alternativas.

“Asimismo, el Estado no puede recurrir a la detención migratoria de niñas o niños y sus padres a fin de disuadir la migración irregular”, apuntó.

Finalmente señaló que los procedimientos migratorios, en particular, los que puedan conllevar la deportación de migrantes, deben analizar, fundamentar y decidirse de forma individual y respetar garantías mínimas tales como el derecho a ser escuchado por la autoridad competente.

lsm

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