La Organización de las Naciones Unidas dijo hoy que ha recibido garantías por parte de Estados Unidos de que sus empleados no se verán afectados por el veto impuesto a la entrada de ciudadanos de siete países de mayoría musulmana.

"Naciones Unidas ha estado en contacto durante el fin de semana con las autoridades estadounidenses y se ha asegurado de que quienes tengan visados G-2 y G-4 están exentos de la orden ejecutiva", dijo el portavoz Stéphane Dujarric.

Esos visados son los que Estados Unidos facilita a los trabajadores de la ONU y de otras organizaciones internacionales.

En su conferencia de prensa diaria, Dujarric dijo inicialmente que había habido algunos problemas durante el fin de semana, con un puñado de empleados a quienes las aerolíneas no habrían permitido embarcar rumbo a Estados Unidos.

Minutos después, sin embargo, corrigió esa declaración, asegurando que no hay "casos confirmados" de personal que se viera afectado por la nueva política.

El portavoz reconoció que la orden ejecutiva firmada el viernes por el presidente estadounidense, Donald Trump, ha generado "confusión" que preocupa a la organización, pero insistió en que la ONU ha recibido las garantías necesarias con respecto a sus empleados.

En cuanto a la medida en sí, Dujarric reiteró el mensaje expresado por el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, desde Adis Abeba, donde participa en una cumbre de la Unión Africana (UA).

Allí, Guterres confió en que las medidas sean temporales y dijo esperar que la protección de los refugiados vuelva a ser una prioridad para Estados Unidos, retomando su "gran tradición" de asistir a personas que huyen de conflictos.

Mientras tanto, desde Ginebra, el alto comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, el jordano Zeid Ra'ad Al Husein, fue mucho más contundente y consideró "ilegal" y "mezquino" el veto temporal a la entrada a Estados Unidos de ciudadanos de siete naciones de mayoría musulmana.

lsm

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