Su discurso políticamente incorrecto y poco concreto ha creado incertidumbre en la comunidad internacional sobre qué se podrá esperar de su política exterior.
México, China y Rusia han sido los más nombrados por el magnate y serán, con toda seguridad, los que más atención tendrán en su agenda.

MÉXICO
Con la mira en el muroy el TLCAN

Desde el día uno de su campaña, México ha sido el objetivo principal de las críticas de Donald Trump. Sus insultos a los mexicanos han sido repetidos una y otra vez por sus seguidores y los medios de comunicación alrededor del mundo.
Hay dos temas que han generado tensión en la relación bilateral: migración y comercio.
Su promesa de construir un muro en la frontera común —vendido como tema de política interna— figura como una de sus prioridades en los primeros 100 días de gobierno. También ha dicho que repatriará a todos los inmigrantes indocumentados, declaración que tras ganar las elecciones matizó y redujo a sólo los “2 o 3” millones de inmigrantes con antecedentes penales. 
En el tema comercial, Trump, ferviente opositor de los tratados de libre comercio, ha dicho por activa y por pasiva que tiene la intención de revisar y renegociar el TLCAN para conseguir que tanto México como Canadá no se beneficien más que EU del tratado. En caso de no llegar a ningún pacto, dijo no tener ningún problema en abandonar el que consideró “el peor acuerdo comercial de la historia”, y del que culpa de la pérdida de capacidad adquisitiva y de empleos entre la clase media obrera de EU. 
Sin embargo, el presidente electo logró ya, desde su despacho en la Torre Trump, que las empresas automotrices Ford, Fiat-Chrysley y General Motors cancelaran planes de inversión en México y trasladaran proyectos y fuentes de trabajo a Estados Unidos.

CUBA
En contra de normalizar las relaciones 

Una de las prioridades en política exterior de Barack Obama fue el deshielo de las relaciones con Cuba, que llevó al restablecimiento de lazos diplomáticos en julio de 2015, luego de más de 54 años de ruptura, y se selló con una visita histórica a La Habana en 2016. 
La gran duda es si el magnate seguirá ese camino. No se espera que el próximo mandatario adopte medidas extremas, como volver a romper relaciones diplomáticas, pero tampoco hay esperanza de que olvide el pasado de confrontación y acelere negociaciones con la revolución comunista que gobierna a sólo 144 km al sur de EU. 
Durante su campaña electoral, en la cual fue apoyado por la disidencia cubana en Miami, dejó claro su rechazo a la política de acercamiento con la isla.

UNIÓN EUROPEA
Un impulso a los partidosde extrema derecha

En la Unión Europea el triunfo de Donald Trump no sentó bien, en particular porque se ha traducido en un impulso a los movimientos de extrema derecha de Francia, Holanda e Italia. El discurso antiinmigrante y antitratados comerciales del magnate tuvo mucho eco en el Viejo Continente, que ve en la inmigración y los refugiados —principalmente de países musulmanes— una amenaza a su seguridad.
En entrevista con los diarios The Times (Reino Unido) y Bild (Alemania), el republicano elogió el Brexit y destrozó la política de migración alemana. “Los países quieren su propia identidad y el Reino Unido quería su propia identidad. Pero yo creo esto, si no se hubieran forzado a recibir todos los refugiados, tantos, con todos los problemas que ello implica, no creo que hubieran tenido el Brexit“, dijo.
Sobre la política de refugiados que mantiene Alemania, y que le ha costado serias críticas internas, fue tajante: “Creo que [la canciller Angela Merkel] incurrió en un error catastrófico al aceptar a todos esos ilegales, ustedes saben, aceptando a todas esas personas, provengan de donde provengan”.
Los gobiernos europeos se habían mantenido prudentemente a la distancia. Oficialmente, la UE ha dicho que esperará ver su política una vez que hoy tome posesión.
Sin embargo, ante el señalamiento frontal, Merkel fue tajante al asegurar que el destino de Europa está en manos de los europeos.

 OTAN 
¿Organismo obsoletoy caro?

“Obsoleta”, así ha definido el republicano a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), integrada por Estados Unidos, Canadá y 26 países de Europa, la cual surgió en 1949 como un contrapeso ante la Unión Soviética. Actualmente se concentra en defensa colectiva, gestión de crisis y cooperación en seguridad.
Asegura que su país aporta 73% del presupuesto del organismo, pero las cifras que maneja nacen de una interpretación errónea de los números: EU aporta 22% del presupuesto de la organización (685 millones de dólares de un total de 2 mil 800 millones anuales); sin embargo, el gasto militar del país supone 73% del que hace el conjunto de los 28 países miembros de la alianza. 
Este hecho hace que, en la práctica, los aliados dependan en exceso de los recursos estadounidenses; por ejemplo, de sus servicios de espionaje, su tecnología, sus misiles o el dinero invertido en investigación. 
EU siempre ha criticado este desequilibrio, basándose en el argumento de que el PIB conjunto de los otros 27 aliados de la OTAN supera al suyo. En resumen, Trump ha dicho que estudiará su pertenencia si sus socios no aportan lo que él considere oportuno.

SUDAMÉRICA
Una región que teme los daños colaterales

El presidente electo de EU habló poco sobre la región en su campaña, que parece estar fuera de sus inquietudes, salvo por la lujosa Trump Tower de Punta del Este, Uruguay, que abrirá sus puertas en 2018. Sin embargo, en Argentina canceló el proyecto de una torre de oficinas en Buenos Aires que iba a tener 35 pisos, 47 mil metros cuadrados y una inversión de 100 millones de dólares. 
“La familia Trump decidió desactivar todas las obras que aún no estaban en marcha fuera de Estados Unidos”, explicó un vocero de YY Development Group, la empresa que iba a levantar la torre. 
La decisión del magnate de retirarse del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP) afecta principalmente a Chile.
“El problema llegará a la región de un modo indirecto”, consideró Oliver Stuenkel, analista del Centro de Relaciones Internacionales de la Fundación Getulio Vargas, de Brasil. “Si Trump aumenta el gasto público, es probable que haya inflación y que aumenten las tasas de interés para contenerla. Por lo tanto, el capital que hoy está en Sudamérica volverá a Estados Unidos, a los bonos de deuda, porque allí las tasas serán altas. La última vez que eso ocurrió fuertemente fue en los años 80 y fue un desastre para Sudamérica: todos los países quebraron”.

ISRAEL 
La embajada de la discordia

El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, se congratuló del triunfo del republicano tras una etapa de pésima convivencia con Barack Obama. La promesa del magnate de trasladar la embajada de EU de Tel Aviv a Jerusalén es un primer paso para el regreso al romance entre ambos países. Un tema que preocupa a la comunidad internacional ya que dicha mudanza implicaría reconocer a Jerusalén como capital de Israel, rompiendo el principio de los dos Estados (Israel y Palestina) sobre el que desde hace 20 años se han basado las negociaciones de paz en la región.

IRÁN
El tratado nuclear que está en juego

Para el presidente electo de EU el acuerdo nuclear que firmó Barack Obama con Irán es “el peor de la historia” y ha amenazado varias veces con revocarlo. Sin embargo, el gobierno iraní ha descartado cualquier posibilidad de una renegociación. Pese a esto, el mandatario Hassan Rouhani ha expresado su confianza en que las relaciones con EU mejoren bajo el gobierno de Trump debido a su cercanía con Rusia, aliado de Irán. 
Sus asesores han recomendado al magnate respetar el pacto y no encender más fuegos en una región ya agitada por la guerra en Siria.

NORCOREA
Una situación para manejar con pinzas 

El pasado 2 de enero el líder de Corea del Norte, Kim Jong-un anunció que su país estaba cerca de realizar un ensayo nuclear de tecnología balística transcontinental (que, en teoría, podría llegar a EU). La respuesta de Trump a través de Twitter fue tajante: “Corea del Norte acaba de declarar que está en las etapas finales de desarrollar un arma nuclear capaz de alcanzar partes de Estados Unidos. ¡Eso no pasará!”, Su mensaje no deja claro si duda de la capacidad de Norcorea para desarrollar esta tecnología o como una amenaza de que EU impedirá esta posibilidad.

CHINA
El gigante que espera

Otro de los objetivos favoritos del republicano ha sido China, país al que culpa de muchos de los males de la industria estadounidense por su mano de obra barata. Acusó a Beijing de ser un “manipulador de moneda”, por la fluctuación voluntaria del valor del yuan, y amenazó con represalias. 
En el foro de Davos de esta semana, el presidente chino, Xi Jinping, se erigió en el gran defensor de la globalización contra la amenaza al libre comercio que plantea el proteccionismo de Trump, y advirtió: “Nadie sale vencedor de una guerra comercial”.
Sin embargo, el económico no es el único conflicto. Trump aceptó hace un mes una llamada de felicitación la presidenta de Taiwán, violando así la política de “una sola China”, por la que Washington reconoce desde 1979 la soberanía de Beijing sobre la “provincia rebelde” de Taiwán.
La portavoz de Exteriores china, Hua Chunying, declaró al respecto que “hay cosas que no se negocian ni se venden. El principio de ‘una sola China’ es la condición y la base que debe respetar cualquier país que quiera relacionarse con China”.
Las provocaciones del equipo del republicano no se han reducido. Rex Tillerson, nominado a secretario de Estado, amenazó en su audiencia de confirmación en el Senado con bloquear el acceso de los barcos chinos a las islas artificiales que Beijing construye en aguas en disputa en el Mar del Sur. La prensa oficial china respondió que esta iniciativa abriría una “confrontación devastadora”. Así, la tensión con el gigante asiático es segura.

RUSIA
Se perfila como un futuro aliado

Si Trump ha tenido palabras de elogio para alguien, ese ha sido el presidente ruso Vladimir Putin.
El vínculo entre Moscú y Washing-ton durante el gobierno de Barack Obama fue probablemente el peor en décadas. Ahora Rusia espera que el nuevo gobierno cumpla con su promesa de mejorar las relaciones. Las recientes revelaciones sobre ciberataques orquestados desde Moscú, para favorecer al magnate en las elecciones estadounidenses no han modificado mucho la percepción del magnate por el mandatario ruso. 
Un dato a tener en cuenta es la nominación como secretario de Estado de Rex Tillerson, hombre muy cercano a Putin. Todo esto hace que haya que estar atento al juego de equilibrios y el choque de ideas para saber cuál va a ser la relación entre Washington y Moscú, de la cual pueden depender los nexos con Europa occidental y la postura de EU ante temas como Siria y la lucha contra el Estado Islámico (EI).

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