El equipo negociador del gobierno colombiano afirmó ayer que el nuevo acuerdo de paz con las FARC, que fue firmado el pasado sábado, no está abierto a más modificaciones al haber incluido buena parte de las sugerencias de los opositores y queda pendiente sólo su refrendación.

Humberto de la Calle hizo el anuncio durante una conferencia de prensa en la sede del gobierno junto a otros delegados oficiales para referirse al nuevo acuerdo con las rebeldes Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

El mecanismo de refrendación del texto dado a conocer en la madrugada del lunes será debatido por el presidente Juan Manuel Santos y los partidos defensores del acuerdo que fue rechazado en las urnas el pasado 2 de octubre. Las reuniones se extenderán también al Centro Democrático, encabezado por el ex presidente Álvaro Uribe y principal opositor a esos acuerdos.

Para De la Calle se trata de un acuerdo “auténticamente nuevo”, que incluye más del 80% de las propuestas de los partidarios del “No”, por lo que, insistió, es “el final, el definitivo... no hay espacio para una nueva negociación”.

De la Calle destacó que el cese el fuego bilateral entre el gobierno y las FARC, que comenzó el 29 de agosto, “es frágil”, por lo que pidió que comience a implementarse el acuerdo para que la guerrilla inicie su desarme y desmovilización y se evite que vuelvan los enfrentamientos armados.

“Queremos escucharlos a todos: cómo comienza la implementación de los acuerdos y si es necesaria la refrendación o no. Y, si se opta por la refrendación, cuál de las alternativas es la que se va a tomar”, afirmó el ministro de Interior, Juan Fernando Cristo, presente en la rueda de prensa en la que también participaron el Alto Comisionado para la Paz, Sergio Jaramillo, el negociador Frank Pearl y el senador Roy Barreras.

“Los negociadores terminaron [su trabajo], no podemos tener el acuerdo de paz abierto de manera indefinida”, agregó el ministro, quien citó mecanismos como el plebiscito, los cabildos populares —debates a nivel local— o la votación de los acuerdos en el Congreso como posibles herramientas para dar validez definitiva al pacto.

La oposición, sin embargo, considera que el acuerdo no está aún cerrado y sigue estudiando los textos para presentar su posición. “Es el mismo acuerdo maquillado”, declaró a medios el ex procurador Alejandro Ordóñez, quien consideró “insustanciales” las modificaciones. El ex presidente Uribe pidió, durante una intervención en el Congreso, un “plazo prudente” para examinar el texto.

Grupos de la sociedad civil que pedían “acuerdos de paz ya” desde la derrota de pacto en el plebiscito, convocaron para la tarde de este jueves a una marcha para celebrar el entendimiento. La refrendación es el próximo paso para poder implementar lo acordado entre el gobierno y las FARC, en diálogos desde 2012. Cuando eso se logre, prevé el gobierno, empezará el proceso de desarme de los guerrilleros de las FARC y su legalización para la participación política.

Aunque sigue sin contemplar penas de cárcel para los guerrilleros que contribuyan a revelar información, el nuevo texto detalla los lugares en los que los rebeldes pagarán sus condenas.

Este era uno de los puntos que preocupaba a los opositores del acuerdo inicial, quienes reprocharon que los guerrilleros de delitos atroces no sean encarcelados sino sometidos a castigos alternativos.

Además, las FARC deberán presentar a lo largo de los 180 días de su desarme un inventario detallado de sus bienes y activos para reparar a las víctimas.

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