Bogotá.— Colombia dijo ayer “no” a un acuerdo de paz suscrito por la guerrilla de las FARC y el presidente Juan Manuel Santos, pero la insurgencia y el gobierno enterraron el fantasma de regresar a la guerra y prometieron anoche retomar la vía negociadora, tras un plebiscito en el que 50.2% de los votantes —con una abstención superior a 60%— rechazó aceptar un pacto que busca acabar con un conflicto bélico que se prolonga por más de 52 años y abrir una era sin precedentes de reconciliación nacional.

“No me rendiré”, proclamó anoche Santos en un mensaje al país, tras explicar: “Soy el primero en reconocer este resultado” con la derrota del “sí” —que obtuvo 49.7%— y anunciar que emisarios de su gobierno viajan hoy a La Habana, para “mantener informados a los negociadores” de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) sobre el resultado del plebiscito. “Seguiré buscando la paz hasta el último minuto de mi mandato, porque ese es el camino para dejarles un mejor país a nuestros hijos”, aseguró.

El cese al fuego y de hostilidades bélicas, que es “bilateral y definitivo” y que entró a regir el 29 de agosto anterior, “sigue vigente y seguirá vigente”, garantizó el mandatario.

“Escucho a los que dijeron ‘no’ y escucho a los que dijeron ‘sí’. Todos, sin excepción, quieren la paz. Así lo han dicho expresamente”, aseveró el presidente.

“Mientras una mitad respondió que ‘no’, la otra contestó ‘sí’”, subrayó, al aclarar que, como gobernante, “conservo intactas mis facultades y mi obligación para mantener el orden público y para buscar y negociar la paz”.

En una misma sintonía, el colombiano Rodrigo Londoño Echeverri, Timochenko, comandante en jefe de las FARC, calmó anoche desde Cuba los temores de que habrá un regreso a la guerra, ratificó el compromiso de la guerrilla con la paz, descartó el retorno al conflicto bélico y reiteró la disposición de esa fuerza rebelde de sólo utilizar “la palabra” como arma, para la “construcción” de un futuro para Colombia.

“La paz triunfará”, pronosticó; sin embargo, fustigó con dureza a los que promovieron el “odio” y el “rencor” en contra del acuerdo.

En un país que desde antes del plebiscito se mostró dividido, los defensores del “sí” alegaron que el acuerdo acabará con la muerte y destrucción y que, aunque es imperfecto, abrirá vías para la reconciliación y para el progreso socioeconómico en la nación.

Los promotores del “no” argumentaron que el plan genera impunidad en favor de las FARC, a las que acusan de violaciones a los derechos humanos, narcotráfico y otros delitos, además, dijeron, concede múltiples beneficios socioeconómicos a los guerrilleros.

El “Acuerdo Final para la Construcción de una Paz Estable y Duradera” se basa en seis puntos: desarrollo agrario, participación política de los insurgentes, fin del conflicto, narcotráfico, resarcimiento de las víctimas e implementación, verificación y refrendación de los pactos en el plebiscito.

Los colombianos respondieron en las urnas: “¿Apoya usted el acuerdo final para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera?”.

Freno. La derrota del “sí” detiene el desarrollo del pacto y, por el momento, abre un escenario de zozobra para el proceso de desarme y desmovilización de las FARC y otros mecanismos sociales, judiciales, políticos, financieros, económicos y militares que debían iniciarse inmediatamente después de que los colombianos votaran en favor del pacto, firmado el lunes anterior por Santos y por Londoño.

Con el triunfo del “no”, ante un agudizado panorama de debilidad del gobierno de Santos y en un país polarizado entre los que apoyaron el plan y los que lo combatieron, el acuerdo —negociado en Cuba de noviembre de 2012 a agosto de 2016 por comitivas del gobierno y de la guerrilla— aparentemente deberá ser sometido a una profunda renegociación y a una reapertura de los términos generales acordados por los dos bandos.

En ese sentido, Santos informó que hoy convocará “a todas las fuerzas políticas —en particular a las que se manifestaron por el “no”—, para escucharlas, abrir espacios de diálogo y determinar el camino a seguir.

“Siempre he creído en el sabio consejo chino de buscar oportunidades en cualquier situación. Y aquí tenemos una oportunidad que se nos abre, con la nueva realidad política que se manifestó a través del plebiscito. Buscar puntos de encuentro y de unidad es ahora más importante que nunca. Y es lo que vamos hacer”, afirmó.

Álvaro Uribe, ex mandatario colombiano y opositor al acuerdo de paz, dijo que quiere aportar a la construcción de un “pacto nacional”. Declaró estar de acuerdo con que los guerrilleros reciban protección por parte del Estado y les exigió que cesen sus delitos.

Con más de 99% de votos escrutados, un total de 6 millones 431 mil 376 colombianos sufragó por el “no” que, con ventaja de 53 mil sufragios, superó al “sí”, de acuerdo con datos difundidos anoche por la estatal Registraduría Nacional del Estado Civil, instancia responsable de la logística del plebiscito. A la espera de resultados definitivos pero ya irreversibles, el “sí” obtuvo 6 millones 377 mil 482 votos, en un padrón electoral de 34 millones 899 mil 945 colombianos en un país con 48 millones 890 mil 854 habitantes.

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