Estados Unidos aseguró hoy que pedirá una explicación a Filipinas sobre "qué quiere decir exactamente" el anuncio del presidente filipino, Rodrigo Duterte, de que habrá una "separación" económica con Washington, su principal aliado.


"Es algo que está inexplicablemente en contradicción con la relación que tenemos con el pueblo y el gobierno filipinos. Vamos a buscar una explicación sobre qué quería decir exactamente el presidente cuando habló de la separación de Estados Unidos", dijo el portavoz del Departamento de Estado, John Kirby.


El encargado del Departamento de Estado para Asia Oriental y el Pacífico, Daniel Russel, visitará Filipinas de este sábado 22 al lunes 25 dentro de un viaje que tenía programado desde hace "meses", y lo aprovechará para hablar sobre el asunto con responsables del Gobierno de Duterte, explicó Kirby en una conferencia de prensa.


"No solo es Estados Unidos el que está perplejo por este comentario (de Duterte), sino que hemos oído de otros países de la región que están confundidos respecto de lo que esto significa", aseguró Kirby, quien señaló que esa preocupación se extiende "más allá de la Asean" (Asociación de Naciones del Sudeste Asiático).


En una declaración enviada a Efe, una fuente de la Casa Blanca explicó hoy, bajo anonimato, que el Gobierno estadounidense todavía no ha recibido ninguna solicitud "a través de los canales oficiales" para cambiar la asistencia o cooperación con Filipinas.


Duterte no dio detalles sobre cómo podría llevarse a cabo esa separación al hacer hoy su anuncio durante un foro de negocios chino-filipino celebrado en Pekín, donde aseguró que Estados Unidos ya no puede verse como "el más poderoso del mundo (...), porque le debe a China muchos préstamos".


El secretario de Finanzas filipino, Carlos Domínguez, rebajó el tono de Duterte en un comunicado divulgado posteriormente en el que dijo que, si bien Manila "dará un firme giro hacia la integración económica regional" con la Asean, también "mantendrá relaciones con Occidente".


Emily Horne, una portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, comentó en otra declaración enviada a Efe que la alianza entre EU y Filipinas se basa en una historia de 70 años, "ricos lazos entre los dos pueblos" y "una larga lista de intereses de seguridad compartidos".


"Seguimos siendo también uno de los socios económicos más fuertes de Filipinas. La actual inversión extranjera directa de Estados Unidos está por encima de 4.700 millones de dólares", destacó la portavoz.


A comienzos de este mes, Duterte envió "al infierno" al presidente estadounidense, Barack Obama, y al purgatorio a la Unión Europea (UE) por las críticas a su campaña contra las drogas, en la que han muerto más de 3 mil 500 personas.


A raíz de las críticas de EU, Duterte también ha anunciado que quiere poner fin a los ejercicios militares que ambos países llevan a cabo de forma regular desde los atentados terroristas del 11-S.


Además, Duterte ha amenazado con incumplir los acuerdos firmados con Washington en abril de 2014 y que posibilitan una mayor presencia militar estadounidense cerca del mar de China Meridional, una zona que Pekín se disputa con varios países, incluido Filipinas.


El mandatario filipino ha llegado incluso a llamar "hijo de puta" a Obama, un insulto al que el presidente estadounidense restó importancia pero que motivó la anulación de la reunión bilateral que ambos iban a mantener el pasado septiembre en Laos.

jlcg

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